SI YO FUERA PRESIDENTE, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 6 de marzo de 2016
En nuestra riquísima gramática española la conjunción condicional si, hace referencia a la necesidad de verificación de un contexto, circunstancia o situación; por ejemplo en le caso de la frase, si yo fuera presidente, depende de la necesidad de que se confirme tal hecho. Señoría Sánchez, deje de marear la perdiz, porque ya le han dicho dos veces que no.
¿Recuerdan aquel programa televisivo dirigido por Fernando García Tola, Si yo fuera presidente?.
Fue aquel un novedoso formato hecho a medida para su creador, y también lo fue para una pública televisión de inicios de los ochenta. Pero duró poco, ya que el narcisismo ensordecedor del director, presentación y guionista, el propio Tola, ensombrecía el objetivo fundamental del programa que no era otro que el de dar respuestas (sus respuestas tolas) a la batería peticiones de los espectadores, quejas, demandas ciudadanas, con el objeto que el Gobierno las tomase en consideración.
Pues lo mismo está ocurriendo con su señoría Sánchez. Pero esta vez no es un programa de televisión, es una película. Su película, basada en hechos reales, con guión adaptado al corte y de título Si yo fuera presidente. Lo que Su Majestad me encargó.
La trama de esta peli discurre en torno al ansia viva del protagonista que fantasea en todo momento con el mantra si yo fuera presidente. Su señoría Sánchez, se presenta así ante la ciudadanía como el salvador de la patria; aunque lo que verdaderamente esconde esa actitud, no es el pensar en el bien común, no. El lo que pretende es salvar su pellejo dentro de su partido, el PSOE, aunque cada vez menos obrero y menos español, mantenerse como Secretario general y repetir como candidato en unos muy posibles comicios en junio.
Llevamos ya 77 días desde la celebración de las elecciones, y un mes con la emisión del trailer de la película mentada, la cual el día de su estreno, tanto en primera sesión como en la golfa (por lo de nocturna, no se crean), no ha hecho más que recibir varapalos en el la sede de los representantes del pueblo, el Congreso de los Diputados.
Señoría Sánchez, si los españoles hubieran querido que gobernara (oración condicional), le hubieran dado un respaldo mayoritario en las urnas en lugar de otorgarle menos de la mitad del apoyo que obtuvo Zapatero en las elecciones de 2008. Pero parece ser que su señoría no se entera, o de enterarse poco le importa a la vez que hace oídos sordos.
Que no señoría Sánchez, así, no. Las megalomanías pasan factura y lo que tendría usted que estar haciendo en estos momentos, es tomar conciencia de la gravedad e importancia de la situación y barajar la opción B, que siempre debió haber sido la A, y no es otra que la de dejar gobernar al partido más votado.
Lo que necesitamos los españoles en este momento no es más de lo mismo y larga espera. Lo que procede en este momento es perseverar en las reformas que traen crecimiento y empleo y no solo liquidarlas por el hecho de que se hayan aprobado a iniciativa del Partido Popular, gobierno a hora en funciones.
España y los españoles necesitamos un Gobierno fuerte, con apoyos suficientes, que puede desarrollar sus propios planes. Un Gobierno estable, previsible y coherente, que edifique poco a poco, y con cimientos sólidos la recuperación total de nuestro país.
Esto es lo que necesitamos y no la construcción de una torre de Babel en donde cada uno barre para casa, se expresa en su idioma y mira para su ombligo.
Y no lo digo sin conocimiento de causa, ya que como ciudadana española y preocupada por lo que está ocurriendo, seguí a pies juntillas el debate de investidura , y créanme que mi preocupación se acrecentó.
Su señoría Sánchez demostró ingobernabilidad en su discurso de investidura. Propuso medidas recomendables dentro del pacto que ha firmado con Ciudadanos, en vez de licitar soluciones con contundencia. Hasta se olvidó de mentar la desaparición de las Diputaciones, tal y como habían acordado. Raro,raro.
Y aunque no me apetezca hacer referencia a las actuaciones desesperadas de última hora, tampoco lo puedo obviar. Las tretas desesperadas a seis bandas con las distintas facciones de Podemos y demás grupúsculos de exigua representación de la izquierda en el Congreso de los Diputados, y a espalda del acuerdo que ya tenía firmado, ¡tienen tela!. Perdonen esta expresión pero se me ocurría otra menos suave.
Pero su señoría Sánchez sigue recitando el mantra si yo fuera presidente, pretendiendo hacernos comulgar con ruedas de molino, y que la mayoría de los ciudadanos sigan creyendo que se está sacrificando en aras del interés común.
A ver si se entera, ¡que le han dado tos buenas...bofetadas!, dos negativas como dos catedrales. Y aunque dice el refrán que no hay dos sin tres, apelo a su dignidad, a que desoiga chascarrillos tipo “nena tu vales mucho”; sí, como los que Tola le dedicaba en su programa a aquella casi desconocida Carmen Maura; y no tengamos que ir a por la tercera. Lo digo por España, pero también por usted, créame.
Y por todo ésto, no entiendo como aun se plantea sentarse negociar y pactar con personajes como los de Podemos y adláteres; a no ser que sea por una cuestión de amor como le dejó caer el viernes su señoría Iglesias.
Señoría Sánchez, como ciudadana de a pié y como la inmensa mayoría de los españoles, lo que quiero es tener un trabajo y vivir en libertad y tranquilidad, entonces le aseguro, que esa no es la mejor ni más adecuada dirección.
Con toda humildad pero con mucha contundencia le digo, señoría Sánchez usted tuvo su oportunidad y fracasó, así que le pido que desbloquee esta situación y brinde la posibilidad de gobernar a quien los españoles han dado la confianza mayoritaria en las urnas. Respete esa voluntad democrática, y no nos obligue, por su cerrazón, sectarismo e interés a tengamos que volver a votar en junio.
Asuma la realidad con responsabilidad y sentido de estado, y deje de imaginarse como protagonista de la película que se ha montado, de título Si yo Fuera Presidente.
Comentarios
Publicar un comentario