¡VAMOS A POR TÍ, MACHOTE!, artículo publicado el 26 de noviembre de 2017 en Diario de Pontevedra
¡Se acabó!,
¡no te lo vamos a consentir más!, ¡vamos a por ti, “machote”!, que presumiendo
de tal, tienes más de mazo que de hombre. Porque ser hombre es otra cosa, y
“machote”, tiene más que ver con tu estilo, con lo que eres, con el mazo y con
los golpes.
A las
mujeres se las respeta, se las mima, se las quiere, o ¿acaso olvidas de dónde
vienes tú? Pues de una mujer, desgraciado, delincuente, “machote”.
Son cientos
de miles las mujeres que, aún hoy, sufren violencia sólo por el hecho de la
existencia de individuos como tú que os consideráis superiores, e intentáis
demostrar vuestra frustración, haciendo uso de la violencia física,
psicológica, sexual y de control.
Me dirijo a
todos estos cobardes, y en especial a ti que incluso me puedes estar leyendo, y
te digo para empezar que, no eres más que un matón, un acomplejado que das
asco, un espantajo de la peor ralea. Y para continuar te mando al mismísimo
Infierno, sí, ¡vete al Infierno!, si es que te dejan entrar. Pero como para eso
hay que estar muerto, y yo ni a ti que eres la peor escoria te lo deseo, te
digo que ahora más que nunca te estamos vigilando, y que con todas las armas
legales en la mano vamos a por ti; que esta sociedad cada día te va a acorralar
más, y no te vamos a consentir que sigas martirizando, sembrando el terror; y
que sin duda te vamos a enviar a la cárcel, que al menos allí es donde deberías
estar.
¡Yo soy el macho, y tú eres mía, no eres nada ni nadie!
¡Te espío el móvil, porque me da la gana, a ver con quien chateas, guarra! ¿A
dónde vas así vestida como una fulana? ¿Quién te crees que eres? ¡No vales una
mierda! ¡A ver si cumples como hembra, que ni para eso vales! ¡Sin mí estás
muerta, zorra! ¡Si abres la boca, te mato! … y cuántas barbaridades más me han
contado mujeres víctimas de violencia machista con las que me he encontrado a
lo largo de mi vida. Y por desgracia, no han sido pocas.
Este triste
elenco de exclamaciones representa lo más suave que estas mujeres suelen
escuchar, y son la descripción gráfica de lo que antecede a las palizas… porque después de las tundas, solo
queda oscuridad.
Esa
oscuridad en la que se refugia el alma cuando se rasga en miles de pedazos. Esa
oscuridad en el cuerpo mazado a golpes que tanto tratan de ocultar. La
oscuridad del miedo, o la oscuridad eterna, la que ya no tiene salida, y que
por desgracia han sufrido ya más de 900 mujeres desde 2003, y 45 mujeres y 8
menores en lo que llevamos de 2017. La última, el pasado viernes.
Ayer fue 25
de noviembre. Se conmemoraba el Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer, y aunque debe de existir, por desgracia, un día en
el que los gestos, las manifestaciones, las indignaciones se visibilicen en
mayor medida, todos los días debemos hacer algo para paliar esta lacra. No es
normal lo que sigue ocurriendo.
Porque a
ver cuándo os enteráis de una vez, o cuando te enteras, “machote”, que ella no
te pertenece, ni a ti ni a nadie. Ella es ella, solo dueña de sí misma. Porque
es asqueroso que tengas que hacer valer tu supuesta superioridad económica,
física o mental, para sentirte ¡machote!
¿Sabes una
cosa?, ¡imbécil!, ¡más que imbécil!; si quieres dar golpes, tienes a tu
disposición todo un abanico de sacos de boxeo. Si quieres demostrar tu falsa
superioridad, súbete a donde más te apetezca
y que te vean todos lo “machote” que eres. Si quieres alzar tu voz,
compra un megáfono o sube a una montaña y grita. Si quieres regocijarte, compra
un espejo, a ver si puedes ver el ser repugnante en el que te has convertido. Y
si quieres hacer daño, pues ahí te tienes a ti mismo. Pero claro, ¡eres tan
cobarde!, que siempre sale perdiendo ella.
No dudes
que ya son muchas las iniciativas para combatir el terrorismo que practicas, y
que desde las instituciones se están poniendo en marcha cada vez más. Porque
vamos a por ti, porque vamos a conseguir la tolerancia cero contra todas las
formas de violencia contra la mujer, que ya son delito: la psicológica, la
física, la sexual, la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado y el
acoso.
No sé si sabes que, desde febrero de este año, la Xunta de Galicia está
informando a las Comunidades de Vecinos sobre cómo y qué hacer en caso de
detectar en su edificio un caso de violencia machista. No sé si sabes que, en
septiembre, el Gobierno de España aprobó el Gran Pacto contra la Violencia de
Género. Todo esto, acompañado del Convenio de Estambul, cierra el círculo. Pues
ahora ya lo sabes, “machote”.
Ahora vamos
a pelear más que nunca por la igualdad, porque cuando hablamos de Violencia de
Género hablamos de desigualdad, y si bien es cierto que no todas las acciones
que generan desigualdad entre hombres y mujeres son violencia de género, sí lo
son todos los actos de violencia machista los que nacen de la desigualdad.
Hay que
denunciar, y si ellas no pueden y conocemos algún caso,¡hagámoslo!, porque no
podemos ser cómplices de los maltratadores con nuestro silencio y pasividad.
Aprovecho
la oportunidad que me brinda este importante periódico para deciros a todas
esas mujeres y a vuestros hijos, que también son víctimas que, NO ESTAIS SOLAS,
QUE ESTAMOS CON VOSOTRAS, QUE OS RESPETAMOS, QUE OS APOYAMOS Y OS CREÉMOS, Y
QUE VAMOS A HACER TODO LO POSIBLE, INCLUSO CONSEGUIR LO IMPOSIBLE, PARA QUE NI
UNA MÁS SUFRA, PARA QUE NI UNA MÁS SEA ASESINADA.
Y a
vosotros, ¡MALTRATADORES, TERRORISTAS, DELINCUENTES!, QUE TENGÁIS MUY CLARO
QUE, ¡LA SOCIEDAD, MÁS UNIDA QUE NUNCA, VA A POR VOSOTROS! Y SI TU ERES UNO DE
ELLOS Y ME ESTAS LEYENDO, TEN LA CERTEZA, ¡QUE VAMOS A POR TI, “MACHOTE”.
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