Y AHORA, ¿QUÉ?, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 24 de junio de 2018
Más o menos en frío,
aunque de forma más acertada diría que en templado, me dirijo a los
responsables de legislar, de ejecutar y de aplicar las leyes; porque
sinceramente, que qué halláis soltado a esa “manada” para campar a sus anchas
por España adelante (excepto la comunidad autónoma de Madrid, que se convierte
en la cárcel de oro para su víctima), explicadme, por favor, y ahora, ¿qué?
Intentando dejar atrás,
que no es fácil, una sensación provocada por una ingesta no deseada de una
poción deletérea, mezcla de indignación, rabia, enfado, cólera, arrebato,
amargura, irritación, asco… y cuantas cosas más que se me ocurren pero que
prefiero no dejar constancia escrita de ello, (lo dejo a la imaginación de cada
uno de ustedes), ahora llega el momento de pedir, cuando menos una explicación.
Porque una que con sus
impuestos paga los sueldos públicos de los legisladores, de las ministras,
ministros y presidente, pero especialmente de los que les corresponden por su
plaza en la judicatura impartir justicia como producto del ejercicio de dicha
función, me deben, nos deben a millones de españoles, al menos una aclaración
con enjundia sobre el porqué de la decisión tomada para liberar a esos 5
especímenes.
Soy una de esos millones
de personas que no entendemos de derecho procesal, penal, ni de la ley de
Enjuiciamiento Criminal a la que tanto hacían referencia los abogados
defensores de estos cinco “elementos”, especialmente el viernes por la mañana y
antes de dejarlos en libertad provisional y bajo fianza de saldo a 6.000€ por
“barba”, quizá por estar inmersos ya en época de rebajas, y por ello
necesitamos una aclaración tal y como la situación se merece.
Porque no seré yo quien
juzgue a un juez, no es mi cometido, pero sí el sentirme absolutamente
confundida (por ser suave en la definición de mi situación anímica personal),
al haber conocido el auto que les excarcela, que seguro se atiene a la Ley,
solo faltaría, pero lo que me está costando digerir y mucho son dos cuestiones.
La primera, ¿por qué una
magistrada (me da igual su género, aunque me preocupe como mujer, pero eso es
una apreciación personal) que adoptó una posición concreta hace meses, ahora se
muestra a favor de la suelta de esa “manada”?
La segunda, ¿por qué si
tres magistrados que manejan la misma información, la misma formación, la
experiencia profesional, se desdicen unos a otros?, he aquí que el Presidente del Tribunal cree que la
excarcelación de La Manada pone en riesgo "la protección integral" de
la víctima, al igual que muchos millones de personas, que como yo no estamos a
la altura de la formación “magistral”.
Pues me reitero en lo
dicho, ya tardan, los responsables, en darnos esa respuesta a la pregunta, y
ahora, ¿qué?, porque sospecho que les han aplicado, y con blandura demás el
principio “in dubio pro reo”, es decir, una regla de valoración de la prueba,
para que atemperen la valoración de esta a criterios favorables a los acusados,
cuando su contenido arroje alguna duda sobre su virtualidad inculpatoria, y si
así ha sido, ya están tardando en apostillar el por qué.
Durante todo este proceso
me he molestado en empaparme de información a través de medios serios de
comunicación, además de cotejarla con amigos letrados, y en lo que refiere a
este auto, que de entre otras muchas “lindezas”, he seleccionado estos para
que, seguramente se queden tan perplejos como yo. Veamos.
En primer lugar, “resulta
impensable que vuelvan a cometer un delito sexual”, ya no era la primera vez
que se veían envueltos en un tema similar, es más, cuatro de ellos están
pendientes de otro juicio por la agresión a otra joven en Pozoblanco.
En segundo lugar, “por la
repercusión que ha tenido este caso y el rechazo social a estos 5 encausados,
así como la imposibilidad de llevar una vida normal, y la pérdida de anonimato
hace impensable la reiteración delictiva”, vamos como que no es nada difícil
cambiar de aspecto, de color de pelo, de lentillas, de atuendo, y teniendo en
cuenta que alguno de ellos ha perdido 30 kg. de peso. En fin.
En tercer lugar, “porque
son insolventes y no tendrían dinero para fugarse …, ¿estamos y broma, porque
los 6.000€ por barba bien pronto que aparecieron.
En cuarto lugar, porque como han perdido ese anonimato serían localizados en cualquier momento ante una
huida o un nuevo delito, con relación a este último, mejor no decir nada,
porque nada bueno se me pasa por la cabeza.
Pues vaya argumentos
señor Ricardo González y señora Raquel Fernandino, por el bien de todos espero
que no se produzca un efecto llamada.
Señoras y señores
legisladores y miembros del gobierno de España, pónganse manos a la obra y no
tarden en demasía para cambiar el Código Penal, porque es más rápido cambiar la
ley que las conciencias, cuestión harto necesaria ahí le doy la razón señora
ministra.
Y como soy de esas
personas que la razón me dice que la calle no debe dictar sentencia, al menos
querría saber el porqué de la discrepancia entre magistrados que utilizan la
misma información, así como la respuesta a la pregunta, “y ahora, ¿qué?”.
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