DE NUEVO UNA TABLA REDONDA, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 15 de julio de 2015
No, no voy a hacer referencia a la tan manida Tabla Redonda de Arturo Pendragón de Camelot, a pesar de ser una absoluta enamorada de su mito y todas y cada una de las leyendas que le dan forma.
Y precisamente, por ser una ávida devoradora lectora, además de muy curiosa sobre todo lo que rodea a esa literatura, sí voy a tirar del mito, pero a través de una adaptación personalizada que JRR Tolkien utilizó para dar consistencia a la reunión que dio sentido al título del primer libro de la trilogía de El Señor de los Anillos. El primero de los tres relatos, La Comunidad del Anillo, que precisamente se formó, en el Concilio de Elrond.
“ … El 25 de octubre de 3018, con la guía de Elrond, se reúne un Concilio en Rivendel en el que se formará la Comunidad del Anillo, cuyo objetivo sería destruir el Anillo Único llevándolo hacia donde había sido forjado, en el Monte del Destino de Mordor …”.
La analogía no me pasó desapercibida, y enseguida me vino a la cabeza, su gran similitud con la inesperada, a la vez que muy oportuna xuntanza, de este pasado miércoles, bajo el paraguas del Rey Don Juan Carlos I, en torno a una mesa, de nuevo, una tabla redonda.
Bien es cierto que no estamos en Rivendel, sino en Madrid, la fecha es 1 de julio de 2015, no 25 de octubre de 3018, entre ellos se encontraba un rey, no de elfos, pero también experimentado y sabio, y el resto de los comensales, muy significativos, al igual que en Concilio ideado por Tolkien.
Los comensales de Casa Lucio, que abarrotaban como cada noche ese establecimiento de referencia en la restauración madrileña, compartieron atónitos estancia, ante tal concilio de notables, compañeros de degustación de viandas vespertinas.
Pues sí, allí estaban todos los que debían de estar, reunidos en torno a una mesa, de nuevo redonda. Son representantes de distintas épocas de nuestra joven democracia. No había elfos, enanos y hobbits, como en el encuentro de Rivendel, pero sí eran hombres que representan a la inmensa mayoría de los españoles, que a través de los dos grandes partidos que aglutinan la experiencia y las responsabilidades de gobierno, ejercidas por la voluntad del pueblo soberano que manifestó su aquiescencia a través de las urnas.
Sentados y reunidos se presentaban, el presidente del actual gobierno de España, Rajoy, tres ex presidentes, González, Aznar y Zapatero, además de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, y ante su amparo; que al igual que el jefe de la casa de los elfos, Elrond, jugó un papel importante, no en la Tierra Media, si no, en nuestra querida España y en una etapa crucial de nuestra Historia, la Transición Española.
Las instantáneas captadas del momento que todos hemos podido disfrutar, además de las declaraciones de alguno de los asistentes, dejan entrever un estado de ánimo y cordialidad entre todos ellos, más que necesario en estos momentos que nos está tocando vivir.
Hoy más que nunca, la razón de estado, la cordura institucional, el compromiso de un entendimiento indispensable, la obligación de anteponer el interés general al particular, y la necesaria unidad de todos los que conocen y han ejercido la responsabilidad, (en mejor o peor acierto), de gobierno en nuestro país, han escenificado una máxima que debemos poner en práctica, todos y cada uno de los juiciosos ciudadanos que conformamos la sociedad española, porque tenemos que ser conscientes de lo que nos jugamos en las próximas elecciones generales. La cuestión no es baladí.
Hace un año que Su Majestad el Rey Don Juan Carlos abdicaba. Se fue rodeado de unas circunstancias que, a mi juicio no fueron la que se merecía. Si hoy preguntamos a la mayoría de la gente que recuerda de su reinado, por desgracia sale a la palestra una cacería de un elefante y el caso de una amiga cercana.
Pues muy bien organizada la cena, señor Rajoy. Don Juan Carlos se merece el apoyo, el mimo y el reconocimiento de nada más ni nada menos que de todos los presidentes de la democracia reciente, por su entrega, su sacrifico y su trabajo en pos de una España plural, libre y de todos, por una transición modélica y pacífica, referente en la Historia del Mundo Contemporáneo.
No me cabe la menor duda, Don Juan Carlos, que desde su posición actual, la institucional y la moral, nos prestará de nuevo su ayuda para conseguir los objetivos que mejor convengan a España, como ya lo hizo en su momento. Ayudará a conciliar, y a través de sus consejos y experiencia, espero y confío se reorienten los esfuerzos de las formaciones políticas serias y experimentadas, hacia un camino común donde impere la responsabilidad, la sensatez y la razón de estado hacia la que debe caminar España.
En la obra de Tolkien, Saurón, el señor de la oscuridad y el caos fue derrotado. Ello se pudo materializar por la labor conciliadora de Elrond en Rivendel, tras haber sentado en una misma mesa, de nuevo redonda, a los representantes de la mayoría de los habitantes de la Tierra Media.
Dicen que la realidad supera la ficción, así que, Majestad en vos confiamos.
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