¡VAYA TELA!, artículo publicado en el Diario de Pontevedra, el día 26 de julio de 2015


Retrocedo unos años en mi vida y recuerdo aquel cuento de Hans Christian Andersen que mi abuela me contó cuando era niña, “El traje nuevo del emperador”,  o una versión más nuestra que descubrí en mi adolescencia, cuando en clases de literatura tuve que leer el Libro del Conde Lucanor, en donde el cuento XXXII , “De lo que sucedió a un rey con los pícaros que hicieron la tela”, versaba sobre la misma idea.



Ahora que ya peino unas cuantas canas, y me encanta leer, y por qué no, también cuentos y hasta de terror, asisto estupefacta a una nueva versión Más de este cuento.

Y lo hago ávida y a sabiendas que no es más que una falacia lo que se lleva proponiendo desde hace años desde el núcleo propagandístico más duro del “Molt Honorable President de la Generalitat de Catalunya”, desde su partido, y lo que es más preocupante, desde las instituciones que mal dirige.




Este cuento, porque es un cuento, se está construyendo sobre planteamientos inciertos y feéricos, y se viene edificando con el único objetivo tangible de reforzar el ego del personaje protagonista, y con el único propósito de seguir permaneciendo y ejerciendo el poder. Poder que no entiendo, o sí, y prefiero no hacer más juicios de valor sobre las verdaderas razones de lo que les está haciendo creer, este charlatán, como el del cuento, a los habitantes de Cataluña.

Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?; bajo mi humilde punto de vista existe un silogismo basado en dos premisas. Una, cuando alguien insiste en una idea, aunque sea un fraude, acaba transformándose en una verdad; la otra, si se apoya, se vende, se repite hasta la saciedad, y se anuncia a bombo y platillo desde todas las herramientas de las que la administración autonómica catalana dispone, y se repite día tras día y año tras año cual mantra, ésta acaba formando parte de las oraciones diarias de los nacionalistas excluyentes. Como conclusión, esa idea, por muy descabellada que sea, acaba permeabilizando en la mente de muchos, de forma análoga a los estímulos de adiestramiento del conocido experimento de los perros de Paulov. 



Existen muchas posibilidades para intentar explicar qué es lo que está pasando, o mejor dicho, la concatenación de hechos que nos ha traído hasta aquí, los cuales están haciendo posible la construcción de esta nueva versión del cuento; y alguien que sabe mucho de comunicación y propaganda, me dijo que, para poder aproximarme a la interpretación del cuento, debía consultar los 11 puntos “goebllelianos”. Les remito a quienes no los conozcan, a un simple enlace en Google. Quedarán estupefactos, al igual que yo.

Esta nueva versión de una historia de ficción en el que todo gira alrededor de un engaño, al igual que en los dos citados relatos, era protagonizado por un charlatán (o unos charlatanes), que pretende vender una maravillosa e única, pero ficticia tela, para confeccionar un traje al rey. Tela y traje imaginarios, cuya existencia era alabada por todos, en base a los embustes propugnados por los defraudadores, hasta que un chiquillo clamó ¡el rey está desnudo!, momento en el sucumbió el conjunto de los ciudadanos a la verdad, pero ya era tarde, el rey paseaba en cueros sin traje ni tela…¡Vaya tela! 



Exáctamente igual que el tejido disfrazado de soberanía que pretende ofrecer el señor Más a los catalanes. Esa misma tela que lleva años diciendo que es la única y más adecuada, que es la mejor para confeccionar el traje que debe vestir a Catalunya, que no existe otra más adecuada, y que todo lo que digan los demás es una afrenta a la confección del traje. Y si alguien osa a decir lo contrario, y a reconocer la verdad, es porque son enemigos de esa maravillosa tierra que desde siempre formaba parte, al principio del Reino de Aragón, por supuesto, de España.

Como podemos observar en esta nueva versión Más del cuento, también existe un charlatán  y sus secuaces, que pretenden venderle a todos la tela única y maravillosa con la que deben vestir a Cataluña de independencia. Han exigido mucho dinero para confeccionarla, pero al final, igual que en las otras dos historias, se han quedado con el dinero, no han confeccionado nada, y han engañado a todos. Y lo más grave es que lo han hecho a sabiendas que esa idea no existe, como los timadores del cuento.

No entiendo como la gente no se da cuenta de lo que pasa, y desde luego son los primeros en rajarse a encabezar esa lista única, eso sí, vuelven a encubrir su intención  diciendo que van a dar cancha a otros. Yo soy de la convicción que temen a que alguien descubra la falacia, y de esa manera escurrir el bulto.




Qué manera más fea señor Más, de vender algo imposible cuando usted es el primero que sabe a ciencia cierta, que eso no puede ser así, que no existe esa realidad ni puede existir.

Espero que no llegue el momento en que esa preciosa parte de España se exhiba desnuda. Es insultante que la vanidad de algunos que no teniendo ya nada que ofrecer, pretendan vender nada a precio de todo.



Queridos catalanes, abran los ojos como el niño que descubrió el embuste del cuento, porque…Vaya tela!

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