UN DÍA ESPECIALMENTE ESPECIAL, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 19 de julio de 2015
Hemos vivido un nuevo 16 de julio en la Escuela Naval Militar de Marín. un precioso e inolvidable día de la festividad de la Patrona de las gentes del Mar, y cómo no, de la Armada Española .
Este ha sido un día especial para los nuevos alumnos que han prestado juramento a nuestra bandera, la de todos, y lo han hecho 48 caballeros y una dama aspirantes, y recibieron sus Reales Despachos, 80 oficiales, de los cuales 4 eran mujeres.
Sin duda alguna será el día que recordarán todos ellos por muchos motivos, unos porque emprenden su formación como futuros oficiales y otros, porque a partir de ese momento comienzan a ejercer una labor de entrega y sacrificio para defender los ideales en los que creen, y lo hacen en un momento, donde precisamente los valores flaquean. ¡Bien por ellos y ellas!.
Pero este día 16 ha sido especialmente especial, y pasará a la historia por dos cuestiones de relevancia. Una de ellas, porque estos oficiales son los primeros que conforman la primera promoción de alumnos del Centro Universitario de la Defensa (CUD) que obtiene simultáneamente un despacho de oficial y el título de grado en Ingeniería Mecánica por la Universidad de Vigo; la otra, porque ha sido la primera vez que aquel caballero alumno, Don Felipe de Borbón y Grecia, preside dicha ceremonia solemne como Su Majestad, Don Felipe VI, todo un honor para los presentes, y no me cabe la menor duda que para él, también.
Desde el muelle frente a la explanada, secundaba majestuoso el buque escuela Juan Sebastian de Elcano, que presidido por sus magnos Blanca, Castilla, Almansa y Nautilus, cuan centinelas de lujo, vigilaba majestuoso la ceremonia, que un año más contaba con la presencia de miles de personas, familiares de los protagonistas, autoridades y personas que amamos, respetamos y admiramos a la Armada Española.
Enhorabuena Capitán de Navío Comandante Director Juan Luis Sobrino Pérez-Crespo, por tu buen hacer en estos ya tres años que diriges esa escuela, a ti y a tu equipo de magníficos colaboradores, sin excepción. Has seguido la estela de los que te precedieron en el cargo, manteniendo un nivel muy difícil de superar y has entrado en la Historia de la Armada como un grande que eres.
Y digo esto, por convicción y por conocimiento. Y lo hago manifiesto, porque en un momento en donde algunos que se dedican a la cosa pública, pretenden, por sus obsesiones sin fundamento ni justificación alguna, hacer desaparecer nuestro ejército en general y nuestra Armada en particular; personas que aman su profesión y la practican como una manera de entender y servir en la vida, tenéis mucho más mérito a la hora de conseguir mantener, lo que exponías en tu alocución a los presentes, y cuando te dirigías a los hombres y mujer que juraban nuestra bandera mediante palabras tan profundas como “por el importante y trascendental compromiso que, con convicción absoluta y emocionada, acabáis de contraer con España y los españoles. Habéis adquirido este compromiso ante nuestra bandera, símbolo de España que nos representa a todos; símbolo que representa los valores que guían nuestro espíritu de servicio vuestra disposición permanente de entrega, abnegación, disciplina y espíritu de sacrificio hasta la muerte, si preciso fuera, en defensa de la Patria. ”, y las que le dedicabas a los nuevos oficiales, “Con la entrega de los Reales Despachos culmina un trascendental periodo de vuestra vida, con muchas horas de estudio, sacrificio y perseverancia que os capacita para desempeñar con plenas garantías el cometido de oficial”,recordándole tres principios que deben practicar, nunca deben olvidar, ejemplaridad, resiliencia y humildad.
Desde mi humilde pero firme opinión, creo que es deber de todos los españoles de bien, agradecer, reconocer y apoyar, esta magnífica labor que desde 1717, fecha de la fundación de la Real Compañía de Guardias Marinas, se viene desarrollando en pos de la búsqueda de la excelencia en la formación de los Oficiales de la Armada Española., sabiendo transformarse y adaptarse a lo largo de los siglos a los diferentes avances y requerimientos, pero siempre con ese mismo objetivo.
Gracias por tu trabajo y entrega, Comandante Director Capitán de Navío Sobrino Pérez-Crespo, a ti y a tu gente. Suerte en tu nuevo cometido, ya que en los próximos días me han dicho que entregas el mando. Gracias a la Armada Española, y cómo no, al primer marino de España por apoyar ese acto histórico con su presencia, en un día especialmente especial. Gracias Majestad.
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