¡ ENHORABUENA PONTEVEDRA ! artículo publicado en Diario de Pontevedra el día 8 de mayo de 2016

Este  miércoles, día 4 de mayo, asistí como muchos cientos de pontevedreses a los premios que organiza el Diario de Pontevedra para recompensar el trabajo y el esfuerzo de sus más insignes conciudadanos por su esfuerzo, dedicación y compromiso con las organizaciones a las que pertenecen, y que hacen cada vez más grande a la ciudad que nos vio nacer.  Y ya van 10 celebraciones. Enhorabuena y mil gracias a Diario de Pontevedra.




Quise escribir el artículo de opinión de este domingo para dejar constancia del agradecimiento a este esta empresa, por tan encomiable iniciativa; y lo hago en primer lugar como pontevedresa, y en segundo lugar como investigadora de lo social, ya que estamos en una época en la cual el tema de nuestro tiempo suele ser todo lo contrario, ya que cuando alguien se dedica a ahondar en la trayectoria de alguien, no es precisamente para buscar algo bueno. Ejemplos los tenemos día a día.


En el mundo en que vivimos, falto de valores y donde la máxima de “nadie es profeta en su tierra” es nuestro “oremus”, la iniciativa de Diario de Pontevedra, el periódico de referencia en nuestra ciudad, desarrolla un arduo trabajo para distinguir unas cuantas personas de “casa” por su trayectoria en su buen y mejor hacer.

Quiero decirles, señora y señores directivos de esta casa que esta iniciativa es encomiable, lo ha sido desde sus inicios, y confío en su necesaria permanencia en el tiempo.

Porque en una sociedad como en la que vivimos, no es fácil que el prójimo identifique y resalte las buenas cualidades de otros, sobre todo, si los tenemos al lado. Es una pena, pero en general es así.
El ser humano en la cotidianidad no suele apreciar las buenas cosas que hacen sus homólogos, o sí, rectifico, las ve pero prefiere obviarlas en la práctica general, y tiende a quedarse con lo que hacen cuando erran.


Son muchas las teorías que sostienen que el ser humano es malo por naturaleza. Fue mi tan estudiado Hobbes el que advirtió que en el estado de naturaleza el hombre no es pacífico, sino más bien “un lobo para el hombre” y por lo tanto se une en sociedad con el único interés de sobrevivir. También mi admirado Kant defendía esta postura, argumentando que es la razón práctica la que obliga al hombre a renunciar a ese estado de guerra y a buscar la paz en sociedad.

Es cierto que hoy en día en las sociedades actuales, podemos decir que el mayor enemigo del hombre es el hombre. Somos la única especie que ataca premeditadamente y no por instinto, no se trata de supervivencia ni de defensa propia, nos movemos guiados por intereses egoístas, somos intolerantes y posesivos. ¿Actuamos así por instinto? ¿Está ese comportamiento en nuestra naturaleza? En caso negativo, llamarnos animales sería insultar a los animales, los cuales sí que se mueven impulsados por el instinto ya que no tienen la capacidad para razonar que tiene el ser humano; aunque a veces, muchas veces nos dejan, y perdón por la expresión, “a la altura del betún” con sus ejemplos más que generosos.

Sin embargo, el saber que no todos somos así, que hay personas que no se mueven guiadas por intereses sino que ayudan porque creen que es lo correcto, personas que valoran otras cosas por encima de sus bienes y sus lucros, gente que se respeta a sí misma y respeta a los demás, me hace pensar que tal vez no esté en nuestra naturaleza comportarnos de manera egoísta y que esa afirmación es una burda excusa para eximir de responsabilidades nuestros propios actos. Me entristece cuando oigo a la gente decir que esas personas de las que hablo son muy pocas, contadas con los dedos de una mano. ¿Llegará algún día en el que las personas egoístas e interesadas sean muy pocas, contadas con los dedos de una mano, el día en el que esta situación se invierta?.

Pero, ¿qué es lo que nos hace ser así? Mi admirado Jean-Jacques Rousseau pensaba que “el hombre es bueno por naturaleza” y que es la sociedad la que lo corrompe.
Estoy convencida que estamos en un buen presente y caminamos hacia un aventajado futuro; y desde luego, yo intento ser de los que se quedan con lo mejor de todos estos grandes genios del pensamiento social, y lo quiero reflejar en el trabajo que hacen todos los años desde el Diario de Pontevedra para seleccionar, no sin esfuerzo concienzudo, a los más destacados de sus vecinos.

Y ahí es donde todos deberíamos de llegar, a reconocer a los ejemplos a seguir que tenemos cerca, y que seguramente no son todos los que están pero están todos los que son.

Enhorabuena a todos, a la Fundación Gallega contra el Narcotráfico, al gran creador Manuel Moldes, a la insigne empresa SETGA, al constante y valiente Pablo Hinójar, a la grande Ángeles Parrilla;  y si me lo permiten, especialmente al pontevedrés de Honor 2015 Diego Murillo Carrasco, un hombre que casi me vio nacer y que siempre está ahí para ayudar y hacer menos complicada la vida de quien se le acerca; un grandísimo profesional, pero mejor persona, que entre sus innumerables y maravillosas consecuencias, nos regala día a día su ejemplo a seguir.


Gracias Diario de Pontevedra por esta encomiable labor, a Blanca García Montenegro, de la cual todos tendríamos que copiar en su trayectoria profesional y aprender como ejemplo personal. Mi reconocimiento por todo a ella, a Antonio de Cora y a todo su equipo, porque acontecimientos como este hacen que me sienta orgullosa de ser pontevedresa.




Qué sigáis con esta encomienda muchos años y, sobre todo… ¡ENHORABUENA PONTEVEDRA!.

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