" PEOR ES MENEALLO" Artículo Publicado en Diario de Pontevedra el 7 d enero de 2108
Las tradiciones son las tradiciones, y no hay que disfrazarlas de lo que no son; porque de nuevo otro año más ante la llegada del 5 de enero, a darle vueltas a la Cabalgata de los Reyes Magos.
El día 6 de enero, para los católicos conmemoración de la Epifanía del Señor, y en la larga tradición de la colectividad social el día de Reyes, fiesta de las grandes en nuestro país (además de otros), es precedida la víspera, por la no menos importante celebración festiva de la gran Cabalgata de los Magos de Oriente que discurre por un número incalculable de ciudades y pueblos.
No es esta una invención de ahora, su origen se remonta al siglo XIX.
Las primeras referencias que tenemos son en la Barcelona de 1855; aunque fueron también muy importantes las representaciones teatrales en Granada ya, a finales del mismo siglo, donde se conmemoraba la llegada de los Magos con la adoración al Niño.
Pero la primera Cabalgata de Reyes tal y como la conocemos hoy, tiene su inicio en 1885 (aunque existen antecedentes documentales de 1866), en el municipio valenciano de Alcoy, siendo así considerada la más antigua de España, y declarada en noviembre de 2001 Fiesta de interés turístico Nacional.
Desde entonces es esta una costumbre muy extendida por toda España, aunque no exclusiva de nuestro país, ya que, se expande a otros lugares como Andorra, República Checa, Polonia y México.
Como anécdotas contarles que, por ejemplo, en la República Checa se lleva realizando desde 1935, y en Méjico la vieron por primera vez en el pueblo de Irapuato en el año 1975.
Pero la curiosidad más destacada es que, en Polonia no tomaron esta tradición como tal hasta 2008, y su celebración no coincide siempre con el día 5, la fecha se fija en el domingo más cercano al 6 de enero.
Y aunque la costumbre en estos países comenzó mucho más tarde que en el nuestro, y que cada uno tiene sus peculiaridades, lo más importante es que el objetivo es el mismo, hacer real la ilusión de los más pequeños (y quizá de los no tanto entre los que, modestamente me incluyo).
Por eso aprovecho la ocasión para decirles a algunos regidores y regidoras locales que ejercen de “esnobs”, que se dejen de experimentos, y que no utilicen la Cabalgata de Reyes como instrumento político y de reivindicación.
En primer lugar, porque lo que es igual no responde a etiquetas ni encasillamientos.
En segundo lugar, porque no es este un lugar para la protesta, para ello existen otras manifestaciones, festivas en mayor o menor medida a lo largo del año. Incluso en Carnaval con su sentido más satírico.
En tercer lugar y no menos importante, porque la Cabalgata de Reyes es un acto infantil, lleno de inocencia, magia y sueños. No lo desvirtuemos.
Vaya mi respeto y reconocimiento a todos los colectivos y a la diversidad social y sexual, no me malinterpreten. Y precisamente porque yo soy gran defensora de la igualdad y la diversidad, de la misma manera soy defensora de la infancia.
Porque trabajar en post de la igualdad y la diversidad, no es cosa de una cabalgata, es una cuestión tan importante que, esos gobernantes deberían de tomar nota para incluirla en su cotidianeidad laboral a lo largo de todos los 365 o 366 días del año, y hacerlo impregnando todo su trabajo de total naturalidad.
Así debe ser, así entiendo yo igualar lo diverso, eso es hacerlo con responsabilidad y seriedad.
Yo no sé qué descalabros ideológicos rondan por las cabezas de algunos mandatarios y mandatarias municipales. A ustedes les digo que, los niños y niñas en proceso de crecimiento físico y psíquico, deberán de recibir la información cuando y como sea más adecuada a su conformación como persona y futuro ciudadano, en libertad, con responsabilidad, y de una forma natural. Sin empujones, sin tergiversaciones.
Las caras de los peques esa noche del 5 de enero cuando ven a Sus Majestades los Magos de Oriente en la Cabalgata no tiene precio. ¿No recuerdan ustedes cuando les tocó? . Pues deberían. Sólo así serán capaces de reflexionar, y dejar que impere la inocencia, la magia y la ilusión.
Yo les propongo que dejen las cosas como están, porque como decía Don Quijote, “peor es meneallo, amigo Sancho”.
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