LA CAÍA DE LA HOJA , artículo publicado en Diario de Pontevedra el 20 de septiembre de 2015

Hasta el próximo martes 22 de septiembre no entra el otoño en el calendario, y digo en el calendario, porque lo que se dice el otoño en Galicia ya lo estamos viviendo desde hace semanas.

Pero como comprenderán no estoy escribiendo este artículo de opinión acerca del tiempo meteorológico, aunque podría, pero sí en algunas consecuencias que podremos experimentar en este tiempo de muchos cambios, como el del metabolismo en los animales, la intensidad de la luz, el ánimo de las personas, la caída del pelo, y cómo no, la caída de la hoja.

Algunos árboles caducifolios pierden sus hojas por tres motivos: hay menos horas de luz al día, la radiación solar tiene menos fuerza y el suelo, en ocasiones, se hiela como un granillao haciendo que sea más complicado que los árboles ‘beban’ agua y nutrientes con sus raíces. Consecuencias, pues que salen menos hojas y cuesta más mantener las que hay. Así que el árbol prefiere perder las que tiene para no gastar energía y pasar el otoño en reposo. La naturaleza… es sabia, ¿verdad?, no tanto los líderes independentistas catalanes, aunque pretendan aprovechar unas circunstancias análogas en el ámbito político, bueno en su caso partidario.

Entonces yo me pregunto, ¿será posible que le caiga la venda de los ojos, a todos aquellos que han sido engañados con esa cinta empapada de esencia independentista, cuando los que se la enroscaban lo hacían para ocultar la titánica magnitud de corrupción e ineficacia de gobiernos sucesivos en Cataluña?. La época les es propicia, esperemos que sí.

Ya no porque la banca, las Cámaras de Comercio y las grandes empresas amenacen con abandonar Cataluña si se independiza, debido a los grandes problemas de inseguridad jurídica (además de las más de mil empresas que ya se han marchado); ya no porque contravengan el artículo 2 de la Constitución votada mayoritariamente por todos los españoles; ya no porque le sería de directa aplicación el artículo 155 de nuestra Norma Suprema; ya no por todos los motivos históricos, culturales, sociales, económicos y políticos que refutan cualquier planteamiento quimérico independentista; ya no por las afirmaciones tajantes de la Comisión Europea del jueves y viernes; ya no por la sarta de barbaridades de todo tipo, que salen de las bocas de los diversos líderes que enarbolan la bandera de la independencia; sino que también, porque la verdad es que Cataluña es España y eso debería de ser una decisión de todos los españoles, no de unos pocos en todo caso; sino porque es legalmente imposible.

Y a ello se une lo más grave, y es como han estado aleccionando sin piedad a muchos de los componentes de estas últimas generaciones de catalanes. Les han estado amaestrando día tras día; desde la enseñanza, desde la Administración Autonómica, desde la propia televisión, y en la calle por medio de sus actores y entidades adláteres. Y lo han hecho a través de un disparate sin parangón, y practicado de forma constante, siguiendo pautas propagandísticas absolutamente goebbelianas.

Por si todo esto no fuese suficiente, y tirando del refranero español, “no hay peor sordo que el que no quiere oír”, somos espectadores de la manera más vil en que los independentistas catalanes abusan del noble arte de la sordera.

Pues sí queridos lectores, el señor que se oculta tras el número cuatro de la lista independentista para estas próximas elecciones del 27 de septiembre, que es lo Más, se hartó hasta la saciedad de inculcar en sus sermones de adoctrinamiento social, entre otros embustes, que ninguna norma comunitaria dice que una región que se independiza de un Estado ha de salir de la UE.

Pues el actual President de la Generalitat y anterior Conseller en Cap con Jordi Pujol, era conocedor de todas las mentiras que pretende dar a conocer como ciertas, y sabía perfectamente desde 2013, de la existencia de un dictamen del Comité de las Regiones, en donde una Cataluña independiente saldría de la UE . Y también esto lo ocultó.

Pero hace oídos sordos a todos, en España y fuera de ella. A la Ley, a través de nuestra Carta Magna; a la comunidad internacional, recordemos las afirmaciones que hasta el propio Obama hizo esta semana; a la Unión Europea y a las distintas entidades internacionales legitimadas a tal efecto.

Alguna vez he citado a mi admirado Sting con su canción Russians, donde dejó muy en claro sus posturas políticas que iban de la mano con el repudio hacía la Guerra Fría, y donde se dejaba patente un desastre sin precedentes donde por unos estúpidos y sucios ideales políticos sufrirían millones de personas inocentes al apretar un botón. En ella nos transmitía,”… i hope the Russians love their children too”. Pues eso, piensen ustedes, habitantes de Cataluña, cuánto quieren a sus hijos.

Queridos catalanes que aun lo necesiten, con el debido respeto pero con toda la firmeza, les pido humildemente que piensen de forma responsable a la hora de apretar el botón de su voto, y aprovechen esta época para que se les caiga la venda de los ojos, al igual que en los árboles caducifolios, la caída de la hoja.