DALE QUE TE PEGO, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 11 de febrero de 2018
Esta expresión que,
como muchas otras de carácter coloquial empleamos de manera automática en las
conversaciones cotidianas, adquiere un especial significado en este artículo de
opinión que este domingo les ofrezco a todos ustedes.
Se trata esta de una
frase de variadas interpretaciones, pudiendo emplearse libremente con distinto
significado, aunque para mí encierra la acepción que muestra el estar ensimismado
con algo, sin hacer caso de otra cosa, y en la tónica puede significar que se
trabaja sin parar, insistir en algo hasta conseguirlo, “estar a lo suyo…”. En
ambas, nos conduce a la misma intención, y atisba el propósito de no cejar en
el empeño de conseguir una cosa, ensimismado en su idea de insistir hasta
lograrla practicando hasta límites insospechados la obstinación, la obsesión, la
terquedad y el capricho.
Pues precisamente eso
es lo que lleva haciendo desde que llegó Pedro Sánchez a la Secretaría General
del PSOE, luchar con ahínco en contra de toda decisión del Gobierno español,
aunque sea para nuestro país, más que necesaria.
De todos es sabido que España
carece de personas en puestos de responsabilidad de alto nivel en el ámbito
internacional, y especialmente en Europa. Pues qué quieren que les diga, uno
más y en una encomienda de tal trascendencia como lo es el Banco Central
Europeo, es una garantía para todos los españoles.
Bien es cierto que la
candidatura presentada por España para cogobernar esta institución comunitaria en
la persona de José Manuel de Guindos (hasta la fecha ministro de Economía),
tiene en primer lugar, que superar el plácet de sus colegas europeos que deben
reunirse para aprobarlo o no, para seguidamente ser necesario el acuerdo del
Consejo.
También hay que tener
en cuenta que el Gobierno hizo esta propuesta sin consultar a otras fuerzas
políticas … Aunque soy de los que piensan que ante la negativa recibida a todo
lo que proponen a las fuerzas de la oposición, sabedores que hay que cumplir
unos plazos, han dado el paso necesario, porque a fin de cuentas es al Gobierno
al que le compete tal cuestión.
Y de nuevo “dale que te
pego”, volvemos a hacer gala del deporte español por excelencia, y no es el
fútbol, nuestro deporte es “poner un pero” a todo lo español. Llamémosle
envidia o como queramos, la verdad, ¡qué pena!; y lo grave es que no es la
primera vez, como tampoco será la última, sospecho.
Me puedo equivocar,
pero tras haber amanecido este pasado miércoles y leer algunos titulares de
prensa, anteriores a la oficialización de la propuesta del señor De Guindos
para ser el número dos del Banco que nos “gobierna” a todos los europeos, ya
estaban los de siempre “rajando”, y perdonen la coloquial expresión, sobre el
candidato español.
Pero la cosa no queda
ahí, ya que el señor Sánchez, se ha dedicado a hacer gestiones en Europa para
boicotear la elección de Luis de Guindos en el BCE. Miembros del Gobierno, y
también dirigentes del PP, tienen constancia de que Pedro Sánchez está
reclamando a sus socios socialdemócratas que impidan el nombramiento del ministro
español.
La verdad no sé de qué
me sorprendo, porque ya lo habían hecho con Arias Cañete. Lo que sí no me
sorprende es la cordura que practican otros cuando están en la oposición. Y
miren ustedes los quebraderos de cabeza que nos dio Almunia cuando era
Comisario Europeo, en especial nuestro sector naval.
No es que yo sea la
presidenta o “portavoza” del club de fans del señor De Guindos, para nada, pero
reconozco su papel y su trabajo desde que llegó a ministro en el Gobierno de
España; como también la situación económica que ha tocado levantar, junto con
el trabajo de todos, que es digna de una muy alta consideración. Y no lo digo
yo, se demuestra a través de cifras como los más de dos millones de personas
que han conseguido un empleo en estos últimos tres años.
Y eso lo saben en
Europa, y lo que no es ni de recibo, es que a estas alturas del partido el PSOE
se decante, aunque en voz baja, por el otro candidato, el irlandés Philip Lane,
gobernador del banco central de su país; o al menos que no aclare si lo apoyará
o no.
En verdad les digo que
estas cosas solo pasan aquí.
En cualquier estado que
se precie, por encima de las ideologías políticas existe un sentimiento de
unidad como nación, pero en España, por desgracia, este brilla por su ausencia.
Aquí somos poco de
remar a una o arrimar el hombro, el trabajar en equipo no se estila entre “los
de siempre” de nuestra clase política. Por el contrario, esos,
son más de ¡dale que te pego!
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