"NO ESTÁIS SOLOS", artículo publicado en Diario de Pontevedra el 25 de febrero de 2018
Cuando ordenaba mis
ideas sobre el contenido del artículo de este domingo, sin duda alguna dos
fueron las noticias que vinieron a mi mente. La primera de ellas, el impacto
que recibimos en Pontevedra al conocer un nuevo paso en la investigación sobre
el caso de Sonia Iglesias. La segunda, la muerte violenta del ertzaina
Inocencio Alonso a cuya familia, amigos, y compañeros del cuerpo de la Ertzaintza
les envío mis condolencias, y a él le deseo que descanse en paz.
Hay momentos en lo que
escribir u opinar sobre algo, es una cuestión ardua y difícil. Este artículo,
les puedo confesar, que es uno de ellos.
No es la primera vez
que escribo sobre Sonia Iglesias, pero tras haber sido anunciada esta nueva
línea de investigación, que me consta nunca cejó, y con la cual inaugurábamos
esta semana, además de en ella, en lo primero que pensé fue en su familia,
especialmente en su abatida madre, y en su valiente hermana.
Quizá mis palabras de
consuelo y de cariño que desde aquí les dedico no sirvan para aliviar el dolor
de un calvario que dura ya siete años, porque el tiempo no lo cura todo cuando
la herida está sin cicatrizar. Quizá deje de sangrar, pero cada vez que vuelve
a recibir un golpe, todo se remueve, y los posos que ahí estaban, vuelven a la
superficie, originando otro nuevo sangrado en esas lesiones del alma, las que
tienen peor cura; pero aquí seguimos a vuestro lado, querida familia, somos miles
de pontevedreses y pontevedresas los que queremos deciros de nuevo, que no
estáis solos.
Y llegado este momento
en tan desgraciada vorágine, quiero resaltar, porque os lo merecéis, el público
reconocimiento a vuestra vertiente más íntima y personal; la de vosotros, de
sus seres más cercanos.
Me voy a dirigir a ti,
Maricarmen como hermana de Sonia, porque no te puedo admirar más, porque no se
cómo has podido trabajar esas habilidades de supervivencia, que dicen los
expertos existen en cada uno de nosotros para hacer frente a tan tremenda
circunstancia y embate, y haciéndolo en el papel de portavoz de la familia ante
los medios de comunicación con tal templanza y serenidad. Vuestro
comportamiento, el tuyo, verdaderamente es encomiable.
De la misma manera,
quiero manifestar mi reconocimiento al tratamiento de esa misma información por
los medios escritos de mayor repercusión en nuestra ciudad, y en especial a
Diario de Pontevedra, y no porque colabore en él, lo hago porque creo que es de
recibo; caso contrario, no hubiera hecho referencia específica al mismo.
En esa línea aplaudo
las muestras de cariño y respeto vertidas en las Redes Sociales, así como los
testimonios de muchos vecinos de Pontevedra que, al ser conocedores de esta
investigación, que, no siendo nueva, se nos anunciaba el pasado martes a toda
la ciudad, quisimos y queremos manifestar que de una manera u otra nos sentimos
parte de ese grupo que quiere saber lo que pasó, y que, por encima de todo,
jamás dejaremos de abrazar con todo nuestro cariño a esa familia.
Pero no puedo agradecer
el tratamiento informativo dado a este caso en algunos programas de televisión
como el de Espejo Público, en donde unos “empoderados” periodista de
investigación y presentadora, anunciaban exclusivas para mantener
o aumentar su audiencia “en prime time”, a sabiendas que el caso y la
investigación están bajo secreto sumarial.
De nuevo una vez más el amarillismo y la post verdad para cazar adeptos y aumentar audiencias, peligrosas cuestiones que como sociólogo y colaborador en medios de comunicación me preocupa mucho, pero humanamente aún más.
De nuevo una vez más el amarillismo y la post verdad para cazar adeptos y aumentar audiencias, peligrosas cuestiones que como sociólogo y colaborador en medios de comunicación me preocupa mucho, pero humanamente aún más.
Señora Griso y “pléyade
de avezados colaboradores de investigación”, les reitero, que casos como este
merecen ser tratados con todo el cuidado, la precaución, y el respeto al duelo
y al dolor, a la memoria del que falta, así como al pundonor de los que aquí
quedan.
Lo menos que podemos
hacer por Sonia y por sus más allegados, además de confiar en las autoridades
pertinentes y su minucioso trabajo, es continuar con el proceso de memorizarla
de la mejor manera posible en cada uno de los que aquí nos quedamos. Nadie se
va mientras se le recuerde.
He de confesarles, que
a lo largo de estos casi 8 años que dura el sinvivir de esta familia, he
recordado en muchos momentos la canción Sounds of Silence (Sonidos del
Silencio), porque no sé si ustedes sabían que Paul Simon la escribió el 19 de
febrero de 1964 como un intento de expresar el sentimiento popular tras el
asesinato de John F. Kennedy tres meses antes.
Ese sentimiento popular
en Pontevedra también tiene una canción, la que el cantautor Enrique Alvite
compuso a Sonia para expresar el apoyo a su causa y a su gente.
Yo aprovecho esta
posibilidad para deciros de nuevo, con el corazón en la mano y la contundencia
que me caracteriza, que en mi nombre y en el de muchos debéis saber que aquí
estamos, que ¡no estáis solos!
Comentarios
Publicar un comentario