"SINSENTIDO", artículo publicado en Diario de Pontevedra el 7 de octubre de 2018
Cerré la pasada semana en
La Coruña con un encuentro más que fructífero entre mujeres empresarias bajo la
denominación “Emprendedoras no Camiño”. Este pasado martes se celebró una
jornada intensa de análisis sobre “O Emprego do Futuro” en la Ciudad de la
Cultura de Santiago, con un “overbooking” de asistencia que sorprendió hasta la
misma Consellería de Economía, Emprego e Industria que lo organizaba. De nuevo,
finiquito este pasado viernes con unas jornadas de trabajo sobre “Las Buenas Prácticas
y Aprendizaje Mutuo en el Sistema Nacional de Empleo”, de nuevo en Santiago de
Compostela, en donde participaron más de 80 especialistas en la materia con la
asistencia de todos los directores generales de Empleo y Formación de todas las
CCAA de España, del Gobierno de España y de la Comisión Europea. Eso sí que es
hacer sociedad, eso sí que es preparar el terreno para la nueva Revolución
Industrial y Económica que está llegando, y pensar en el futuro y en dar
soluciones a los problemas de los ciudadanos.
Llegando el viernes de
Santiago a mi casa y orgullosa del trabajo que se ha hecho desde distintas
administraciones públicas en pro del ciudadano, ¡et voila!, me encuentro de
nuevo con el sinsentido de dar problemas a la gente en vez de solucionarlos. ¡Esto
es Pontevedra!
Pues sinceramente, el
gobierno del Ayuntamiento de mi ciudad debería de mirarse al espejo, por
ejemplo, del gobierno autonómico de Galicia, y facilitarle a los vecinos y
vecinas la vida en vez de convertirla en un desatino continuo y en un cabreo
constante inmerso en el caos del tráfico y, por ende, en el devenir cotidiano
de los pontevedreses.
Quizá mientras unos
miran al futuro para solucionar los problemas de sus administrados, otros
juegan a ser Indiana Jones en busca del Arca Perdida. Dicho lo cual, no vaya a
ser que esté escondida en Pontevedra y entonces nos reporte los beneficios
necesarios para mejorar la vida de la ciudad. Aunque también quiero que sepan
ustedes que, si ese magnífico acontecimiento se produjese,
enmendaré mi error de desconfianza y enfado a todos estos agujeros,
levantamientos de terreno como si de una explotación minera se tratase,
“lombos” y “fochancas” que imperan en la ciudad que me vio nacer.
Por el momento me
decanto por la opción de que quizá, las ansias de llenar de agujeros el
desierto y demás tierras hostiles por parte de Henry Walton Jones Jr, así como
el de brindarnos la posibilidad de participar en sus descabelladas aventuras,
sea la intención del alcalde Lores; caso contrario, ni lo entiendo, y por
supuesto no lo comparto.
La eterna remodelación
de la Calle Virgen del Camino, el asfaltado de la rotonda en Reina Victoria, la
prospección y consiguiente corte en la calle Cruz Roja, la desfachatez del
carril único en parte de Eduardo Pondal con unas aceras interminables para, ¡no
sé qué!; los cuatro lombos en el acceso a un hospital, que “ya no son sólo
innecesarios e son sólo ineficaces sino que son contraproducentes y ponen en
riesgo a los pacientes que van en las ambulancias”, en palabras del presidente
local y portavoz municipal, Rafa Domínguez, que secundo absolutamente y añado,
a todos aquellos pacientes que abandonen ese complejo hospitalario tras haber
sido intervenidos quirúrgicamente y, camino a sus casas en coches o taxis, les
produzcan lesiones de vital importancia. Créanme que se lo que digo, que la que
les escribe, sudaba “tinta china” al tiempo que agarraba una buena cicatriz
abdominal tras una operación que no viene al caso. Del rural ya ni hablo,
porque es una desgracia que esté como está.
Y esto por citar alguno
de los casos que nos toca soportar con resignación estoica al tiempo que con
ganas de salir a la calle con un aparatejo de esos infernales que sirven para
picar el asfalto y deshacer las atrocidades en el pavimento.
Pues debe ser que yo,
como muchos otros, no tenemos las entendederas al nivel de los diseñadores de
esos entorpecimientos usuales a lo largo y ancho de nuestra ciudad, al modo de
aquellas “trampas” y “obstáculos” que el intrépido Indiana Jones debía de
superar para encontrar sus preciados tesoros, y estamos absolutamente
confundidos ante el interminable número de estorbos que debemos superar en
nuestro proceder diario.
Pues queridas vecinas y vecinos de Pontevedra, habrá que pertrecharse con el “kit” aventurero de súper Indiana Jones, bien para ayudar a los que gobiernan en el consistorio municipal a encontrar,(nunca se sabe) el Arca Perdida en nuestro subsuelo; u opción b, que desde el ayuntamiento quieran transformar a Pontevedra ,dando un giro a su “fantástico” modelo de ciudad, en un parque temático al más puro estilo del “Disneyland Resort” con una de sus mayores reclamos, el “Indiana Jones Adventure”, que lejos de ser una montaña rusa o “cacharrito” típico de poca velocidad, te permite, al igual que en Pontevedra al subir y bajar un “lombos”, entrar a una atracción de alto riesgo y angustia.
En ambos casos en
nuestra ciudad, la experiencia es totalmente única y verdaderamente
emocionante, y bromas aparte, a veces lesiva para alguno de los pasajeros
debido a su situación física personal.
Como vecina que acaba
de pagar el desmesurado impuesto de contribución urbana hace unos días, reclamo
al gobierno de mi ciudad raciocinio, seriedad, y visión de futuro como se hace
en otras instancias de gobierno y administración.
Es más que de urgente
necesidad el dejar de hacer experimentos “con gaseosa”; en primer lugar, porque
el dinero público es finito y de todos; y en segundo y no menos importantes,
porque hay que ponerse a trabajar por la ciudad, y dejar jugar a ser Indiana
Jones, señor “Indiana Lores”, y terminar de una vez con este sinsentido.
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