¿HÉROES O "CARONTES"?, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 18 de agosto de 2019
Está claro que a cualquiera con un poco
de corazón y dos dedos de frente, se nos parte el alma al ver las imágenes de
personas hacinadas en la popa del barco “Open Arms”; porque el nivel de miedo,
incertidumbre, desesperación y sufrimiento que deben estar experimentando todas
ellas, no debería tener cabida en el escenario de un mundo en el que la
salvaguarda de los derechos humanos es un deber de todos los Estados.
Por ello este problema debería de ser tratado
de una vez por todas como primordial punto en el orden de día de la agenda de
Naciones Unidas, la Unión Europea, y por ende, en la tarea de gobierno de todos
y cada uno de sus miembros; y dejar de una vez la práctica de salir al paso cuando
ocurre una nueva desgracia como ésta. Esta situación hay que solucionarla ¡a la
de ya!, y a poder ser en los lugares de origen en donde se establecen las
mafias.
Pero dicho todo esto, creo que es
necesario hacer otras consideraciones sobre el papel de Organizaciones No
Gubernamentales como “Proactiva Open Arms”.
En primer lugar, destacar que el salvamento marítimo como actividad organizada debe ser
competencia de los estados europeos por medio de sus respectivas armadas, y no
por ONGs que hacen de esta práctica su actividad principal con la que generan
recursos económico, retorciendo la legislación internacional que se “saltan
a la torera”, al tiempo que contribuyen (ya dudo si de manera consciente o no),
a la actividad delictiva por excelencia que aporta más dividendos al hampa que
el tráfico de drogas o el de armas, el tráfico personas. Así, estas
agrupaciones delictivas saben que no tienen que esforzarse con llegar a Europa;
simplemente han de subir a la gente a un bote y situarlo fuera del mar
territorial de Libia en donde saben de sobra, que “patrullan” los barcos de ONGs convertidos en una
especie de servicio de transporte adicional.
En segundo lugar, la protección de la vida humana en el mar está garantizada por convenios internacionales dentro de Derecho del Mar (diferente del Derecho Marítimo), en dónde el más importante de ellos es el “Convenio internacional para la seguridad de la vida humana en el mar”, en donde se recoge la obligación del capitán de cualquier buque a rescatar a personas en peligro, modificando la ruta de su embarcación; lo que establece ya no sólo una obligación moral, sino también legal; y en el caso de posibles solicitantes de asilo, las personas recogidas deben ser puestas a salvo en un puerto seguro, donde no vayan a ser perseguidas; por lo que no entiendo que estando a su disposición desde el primer día el puerto de Zarzis en Túnez, (país que ha suscrito este convenio y dos de sus tres protocolos de desarrollo), y muy cerca de la zona en donde recogieron a los migrantes, el “Open Arms” se hubiese dedicado a ofrecer una imagen de desesperación, afirmando que están en altar mar, sin apenas recursos y sin ningún país que quiera acogerles; jugando así con la esperanza de la gente, al tiempo que convierten una causa humanitaria en una causa política, beneficiando a “no sé quién”. A los migrantes y a su desgracia, desde luego que no, ya que le hubiesen ahorrado muchas penalidades.
Y suma y sigue con cuestiones extrañas
en este asunto, ya que me informado de fuentes oficiales, y el buque “Open
Arms” con sus 45 años de vida no cuenta con certificados de seguridad que le
habiliten a transportar más de 18 personas, por lo que en situaciones en las
que se supere esta cifra tienen que durar el mínimo posible y hacerse según
disposiciones internacionales sobre el salvamento concebidas para emergencias;
algo que como se ha apuntado anteriormente, no se está llevando a cabo en
ninguno de los operativos de rescate de
esta barco; comprometiendo a la vez la
seguridad del barco, como la de la tripulación, además de la de aquellos migrantes
que son transportados.
También es necesario añadir que ni el
jefe de “Proactiva Open Arms” Oscar Camps, (que ha visto en esta actividad un
filón para enmendar el desastre de su empresa anterior donde “ presuntamente”
las condiciones de trabajo de sus empleados eran de verdadera explotación), ni
el capitán de la nave propiedad de la ONG, están legitimados para solicitar
asilo, ya que según la Ley Reguladora del derecho al asilo, sólo lo podrán
solicitarlo aquellas personas en condición de refugiados, (y nadie más que
ellas) y es necesario saber que cuando
alguien pide asilo en otro país no se convertirá en refugiado hasta que su petición
se resuelva positivamente (lo que lleva su tiempo y un procedimiento).
Muchas son las sombras que acompañan a
las actuaciones del “Open Arms”, y en relación a ello a mí lo que
verdaderamente me preocupa son las vidas de esas personas que han sido lanzados
a la mar como mercancía cualquiera por parte de los delincuentes que día a día
se enriquecen ante el sufrir humano; por no dejar de mentar las 800.000 almas
que dice Naciones Unidas están esperando su turno en las costas de Libia.
Pues la verdad señores mandatarios, no
sé a qué están esperando, ya que dar al menos una solución a medio plazo a este
problema, ¡urge! y mucho.
Señores de Naciones Unidas, Unión Europea,
Unión por el Mediterráneo y demás países de la cuenca mediterránea, aquí no
caben medias tintas. Hay que actuar en serio, y si ustedes no lo hacen,
seguiremos asistiendo a episodios espantosos como el que se está sucediendo
desde el día 1 de agosto, en donde actuaciones como la del “Open Arms” no hacen
otra cosa que “contaminar el clina”, complicando la situación con un objetivo
que desde luego el de salvar personas no parece ser lo más importante aunque lo
lleven por bandera anunciándolo a los 4 vientos, ya que tenían puerto seguro a
su disposición.
Que no se le olvide señor Oscar Camps que
para hacer política ya están los Estados, y usted lo que dirige es una “Organización No Gubernamental”; y
visto lo visto me duele sospechar el que puedan haberse transformado en un “presunto”
eslabón de la cadena de traslado de inmigración ilegal en Europa; a años luz de
la idea que yo tenía de su organización cuando comenzó su actividad. Ahora ya
no los veo como héroes, sino como barqueros que transportan almas al igual que Caronte…
¡Ojalá me equivoque!
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