"EL PROTOCOLO DEL VESTIR EN LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA", artículo publicado en la revista de la Cofradía del Nazareno y Santo Sepulcro de Sanxenxo abril 2019


Llevo muchos años trabajando e investigando en un área tan fascinante como el protocolo, que como conjunto de reglas de cortesía que se siguen en las relaciones sociales y que han sido establecidas por costumbre, tienen variedad de normas que deben respetarse, especialmente como las que les contaré si es usted invitado a participar en las procesiones de las que hablaré a continuación.
 


Con la llegada de la Semana Santa comienza una etapa en la que tradición, creencia y respeto se juntan. Las calles se llenan de jornadas especiales en las que resulta fundamental cuidar al máximo el tipo de indumentaria que se debe elegir así como cuándo llevar el que es una de las claves de los días grandes. Estos días son días de luto, y de luto se debe vestir, aunque como tal sólo existe “protocolo de etiqueta”, el Jueves y Viernes Santo.
 
 

Para empezar, comienzo con la definición del concepto de procesión, que es un acto solemne donde todas aquellas personas que acudan deben cumplir con unos códigos de vestimenta, especialmente las personalidades o autoridades invitadas por las cofradías o la jerarquía que organice la procesión, así como los cofrades que no lleven el hábito propio procesional. A lo largo de este artículo, me voy a circunscribir exclusivamente al ámbito civil, ya que en el militar existe un más que riguroso código que nadie como ellos saben cumplir.

En primer lugar me voy a referir a los hombres. Para ellos se recomienda el porte de un traje gris oscuro o marengo, azul oscuro o negro. Este último preferente en la procesión de El Santo Entierro.
 
 

La camisa podrá ser preferentemente blanca o beige, aunque también se puede usar la “azul Oxford”, sin cuellos anchos ni puños “estridentes”. En el caso de la procesión del Viernes Santo, la preferencia la tienen las de color más claro.

En lo que refiere a los zapatos la propuesta es bien sencilla, siempre negros, pudiendo elegir entre los de cordón, hebilla o mocasín, más conocidos como “castellanos”, y no olvidemos de llevarlos siempre relucientes.

Los calcetines siempre azul marino, grises muy oscuros o negros, nunca marrones, color caramelo, ni mucho menos beige o blanco.

Otra prenda importante es la corbata, que deberá ser de colores discretos, preferentemente lisos, excepto el Viernes Santo que debe ser negra. No es correcto llevar las excesivamente anchas ni estrechas, ni se podrá sobrepasar el cinturón. Se pueden usar gemelos y pisacorbatas, y en caso de poseer condecoraciones, serán en miniatura.

Se acepta el uso del abrigo oscuro si hiciese mucho frío ese día, o incluso la tradicional capa española, pero bajo ambas prendas, respetar el atuendo del traje con la etiqueta expuesta hasta ahora.

En caso de ser alcalde, máxima autoridad que preside la procesión, así como invitado de excepción en una cofradía a la procesión del Viernes Santo, se puede cambiar el por el chaqué; pero siempre con corbata negra, zapatos negros de cordones y guantes de cuero negro. Caso de hacer frío, nunca un chaqué bajo un abrigo, para ello irá adecuadamente de traje, siempre siguiendo con las recomendaciones anteriores, aunque sea usted una autoridad o personalidad.
 


Jamás se permitirá el uso de sombreros o prendas que cubran la cabeza para personal civil.

Ahora contaré todo lo concerniente a la vestimenta de las mujeres, tanto en cuanto lo más adecuado es el traje de chaqueta negro, vestido negro, o vestido y abrigo negros, y de lo más sencillos. Con largos recatados y nunca por encima de las rodillas. Queda fuera de toda etiqueta el uso de pantalón.

Con relación a los zapatos, estos deben ser de corte salón negro, huyendo de las plataformas y las alturas de vértigo. En lo que respecta a las medias, estas deberán ser negras o color “antracita”, de textura fina. Nunca de color carne, y por supuesto, nunca sin medias.
 
 

Hay que tener en cuenta que se acude a unos actos solemnes y de luto, por lo que el maquillaje tenue, y las joyas básicas. Se debe huir de las extravagancias y la ostentación. En cuanto al pelo, preferentemente recogido, sobre todo en la procesión en Viernes Santo.

Otro elemento al que hay que prestar especial atención por las mujeres es el bolso. Este nunca deberá de ser con cadenas o correas largas para colgar del hombro, el más adecuado como signo de buen gusto y elegancia les la cartera de mano o “clutch” en las manos.

En lo referente a los guantes, es menester citar que nunca sean guantes de rejilla, deberán ser de encaje o lisos de espuma, raso o piel; y en caso de portar rosario, siempre en la mano derecha.

En caso de una alcaldesa, autoridad preeminente o cofrades se le permite mantilla, negra, de blonda o encaje, con el pelo recogido, debiendo ser colocada de forma retirada de la cara el Jueves Santo, y tapando el pelo en la procesión del Santo Entierro. El protocolo o tradición en la peineta o “teja”, será la siguiente: alta para las solteras, media para las casadas y baja para las viudas.
 
Un apunte importante, en las menores de edad el uso de la mantilla no es pertinente.
Caso de poseer condecoraciones, serán al igual que en el caso de los hombres, en miniatura.

Si los asistentes son cofrades en uso de la vestimenta civil, independientemente que sean mujeres u hombres, podrán llevar de las medallas o insignias correspondientes.

Y una consideración de gran importancia, los paraguas están descartados, y en caso de lluvia, es mejor abandonar la procesión.
 
 

Cuestión distinta es lo permitido a aquellas personas que procesionan tras los pasos o los acompañan, conocidos en el protocolo religioso como “el pueblo”. Estas personas tienen licencia para participar como quieran aunque mi humilde opinión, es que se ciñan a estas recomendaciones dadas en donde existe una excepción en las mujeres, que no deberán usar mantilla aunque si lo desean, pueden llevar un pequeño velo negro que deberá ser de blonda, encaje o tul.
 


Quizá les pueda haber resultado un tanto repipi, extravagante o pasada de moda, nada más lejos de mi intención, porque soy una enamorada de las tradiciones que siempre tienen su por qué, y el respeto debe estar por encima de todo al participar en una procesión, especialmente en estas de las que estamos hablando.

Quiero dar las gracias a Jesús Díaz Laso y a la Cofradía del Nazareno y Santo Sepulcro de Sanxenxo por darme la oportunidad de participar en esta tan adecuada, interesante e importante publicación, porque a través de ella muestran la ilusión, la fe y el gran esfuerzo que hacen por recuperar tradiciones tan importantes como la de recobrar y engrandecer la Semana Santa en esta maravillosa y referente villa de las Rías Baixas, y transmitirlo en directo con vuestras procesiones.
 
 
Por muchos años más, GRACIAS POR VUESTRO ENCOMIABLE TRABAJO, NO ME CABE DUDA QUE EL CIELO ESTARÁ CON VOSOTROS.

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