TOLERANCIA CERO, artículo publicado el el Diario de Pontevedra el 10 de enero de 2016

Sinceramente, no sé a dónde vamos a parar. Increíblemente vergonzoso este inicio de 2016, que se inauguraba con una noticia más que preocupante.


Allí en la ciudad alemana en cuya catedral dice la tradición, reposan los cuerpos de los tres Reyes Magos, más de cien mujeres han sido acosadas, asaltadas y agredidas sexualmente por unos desgraciados.

Durante la pasada Nochevieja en las inmediaciones de la estación de Colonia, varias decenas de mujeres sufrían agresiones sexuales, robos e intimidaciones por parte de una multitud de hombres que por su apariencia, procedían de los países árabes o norte de África. Estos elementos que actuaban en grupos, se congregaron en el lugar de los hechos, y procedieron a campar a sus anchas e haciendo lo que mejor saben hacer, faltar al respeto a las mujeres a las que consideran menos que un cero a la izquierda.


Este tema ha sido parte de mis conversaciones en los últimos meses con muchos colegas, compañeros y amigos; pero sobre todo con mujeres, ya que esta gentuza nos trata peor que a trapos. Para muestra un botón, el desalmado que acusó a su madre de traición ante el jefecillo de turno del DAESH, el cual le obligó a ejecutarla en público. Un horror, porque si no quieres ni respetas a tu propia madre, cómo vas a respetar al resto.

Quiero dejar patente mi indignación sin límites, y poner de manifiesto que esto ya se venía venir.

La llegada masiva y sin control de personas que entraban en Europa por motivo de la guerra en Siria y países colindantes, iba a traer muchos problemas, más de los que nos imaginamos, pero lo que es absolutamente imperdonable es la falta de control de las autoridades que permiten estas entradas.

En primer lugar, hay que buscar una solución para esta gente. Hasta ahí todos de acuerdo, pero no a cualquier precio y tampoco a lo loco y sin control. Hay que actuar de forma rápida, pero concienzudamente, de forma muy organizada y sabiendo a quien dejamos pasar a nuestra casa. Tiene que imperar la razón al corazón por mucho que nos duela. Evidentemente no todos son terroristas ni delincuentes, está claro; pero todos aquellos que cometan delitos, sexuales y no sexuales, que sean deportados. Tolerancia cero.


En segundo lugar, estas personas de las que estamos hablando y a las que se le aplica el estatuto de refugiado, no tienen las mismas bases educacionales y de valores que nosotros. Bien es cierto que entre los nuestros, también hay cada elemento de cuidado, pero bajo mi punto de vista es un tema muy preocupante, y que puede traer muy graves consecuencias. Vigilancia absoluta y tolerancia cero.

En tercer lugar, ¿qué es lo que está pasando en Alemania?, ¿no les importa su gente?, porque ya está documentado que últimamente se habían detectado en las inmediaciones de la estación de Colonia grupos organizados de jóvenes norteafricanos que cometían pequeños robos o asaltos. Si a ésto le unimos las informaciones que tenía la policía sobre posibles atentados a cometer la noche del 31 de diciembre en Alemania y Bélgica, ¿por qué no se tomaron medidas?.

¿Quizá les hubiese pillado el toro con este otro tipo de terrorismo?, me refiero a el que no  lleva consigo bombas, ni balas, ni asesinatos. Pero señores, conlleva la vejación de las mujeres, una nueva manera de atentar contra la dignidad de todo un pueblo, a través de nosotras. Pero tampoco es nuevo, en las guerras las violaciones en masa son otra manera de matar.  En palabras de mi amigo Paco Sánchez , “han utilizado la humillación de las mujeres y de todo Occidente en ellas. Y de paso demostraron la capacidad de movilizar a un auténtico ejército de varones”.Yo añado, tolerancia cero.

Lo que sigo sin entender es que si los servicios secretos europeos tenían indicios e información, por qué no se tomaron cartas en el asunto.



La verdad es que ésto no solamente ha ocurrido en Colonia, en donde la Policía de  ha recibido ya 121 denuncias (tres cuartas partes con agresión sexual) y el jefe de la misma ha dimitido por inútil. Incidentes similares se producían en Hamburgo, donde las denuncias ya ascienden a 50.  Yo propongo, tolerancia cero.

Pero aun falta algo tan o más grave, les cuento. En albergues de refugiados como el Bayerischer Rundfunk de Múnich, las violaciones se producen en progresión geométrica, además de comenzar a establecerse mafias que prostituyen a sus propias mujeres a eso de 10€. Yo impongo, tolerancia cero.

Quizá lo que voy a decir ahora no sea políticamente correcto, o sí;  pero lo que tengo muy claro es que a todos estos individuos que vienen con antecedentes, y a todos aquellos que los cometan aquí, ipso facto, deben ser deportados. Insto a las autoridades pertinentes a practicar tolerancia cero.

Lo siento, pero siento más aún una necesidad de protección más que necesaria e importante de los derechos de nuestros ciudadanos, y en especial de nuestras niñas y mujeres. Tanta permisividad está sacando las cosas de quicio. Aquí no vale todo.



La igualdad va mucho más allá que disfrazar a tres señoras con más pinta de madames de burdel que de reinas magas. Yo como mujer, y como defensora a ultranza de los derechos de las personas, y de las mujeres especialmente, no creo que esta sea la manera más adecuada de hacerlo.

Recapacitemos y velemos por nuestra sociedad en general; por nuestras madres, hermanas, amigas, y sobre todo niñas . Por la mujeres en particular y ante este tipo de amenazas, tolerancia cero.





Comentarios

Entradas populares de este blog

"EL PROTOCOLO DEL VESTIR EN LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA", artículo publicado en la revista de la Cofradía del Nazareno y Santo Sepulcro de Sanxenxo abril 2019

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 30 de octubre de 2016

EL DISCURSO DEL REY, artículo publicado en Diario de Pontevedra el día 28 de diciembre de 2014