¡PASEN Y VEAN! artículo publicado en Diario de Pontevedra el 17 de enero de 2016
” Hola amiguitos, niños y niñas, monstruos y monstruas, con vosotros la maravillosa Orquesta Mondragón…(música). Pasen y vean la función va a comenzar. Pasen y vean la verbena espectacular…”.
Les aseguro que esto es lo primero que me viene a la cabeza, cada vez que recuerdo el inicio de la XI legislatura. Visualizo a Gurruchaga con su sátira característica, haciendo de maestro de ceremonias y homenajeando a sus señorías, esta canción que la banda dedicaba a la “PARADA DE LOS MONSTRUOS”. La escena daba para esto y mucho más.
Y aunque debemos de estar más que orgullosos de vivir en democracia y poder elegir a nuestros representantes; ser demócrata es, precisamente respetar la opción de la mayoría, pero veo que algunos de demócratas tienen poco, además de no tener ni idea (por mucho que alguno suelte lágrimas de cocodrilo), de la seriedad y responsabilidad, además de todo un honor, de ocupar un escaño representando a España en las Cortes Generales.
Creo que estos tipos no son conscientes de lo que representa y significa ser diputado en el Parlamento del Reino de España. Sí, ¡calamidades!, del Reino de España que estáis representando y del cual cobráis, por muchas fanfarrias que queráis lanzar para acallar esa verdad como una catedral.
La llegada de algunos en comparsa anunciando el inicio de la función, no fue sino un avance de lo que nos encontraríamos en el hemiciclo. Allí estas hordas, juraron o prometiendo su cargo sin respeto a la Carta Magna, otros pasando por alto, ignorando y despreciando la legalidad vigente y las fórmulas adecuadas para hacerlo.
Yo sinceramente me pregunto, ¿ qué diantres hacéis ahí?; y no me sirve como respuesta el mantra que vais a cambiar el sistema establecido. Eso sería, como dicen en algún spot publicitario de un juego de mesa, “aceptar pulpo como animal de compañía”
Imperó el marketing político, la parafernalia, el poco gusto, la poca educación y la falta de respeto. Esto no ocurre en ningún lugar del mundo civilizado. Ese parlamento se parecía más a cualquiera de esos de extraños países de nombre impronunciable, en donde acaban muchas veces a tortazo limpio. Espero que aquí, por lo menos la palabra esté por encima de todo, aunque no sea la más adecuada.
Es espectáculo circense, ya que se le puede llamar así porque había niños en el público, y porque vaya la casualidad, dos leones en la puerta recibían a acróbatas, contorsionistas, equilibristas, escapistas, forzudos, hombres bala, magos, malabaristas, mimos, payasos, titiriteros, tragafuegos, tragasables, trapecistas, ventrílocuos, zanqueros, adiestradores de fieras y … varios artistas de distinto pelaje. Vamos con nombres y apellidos cada uno, que por elegancia y discreción no voy a mentar aquí. Eso se lo dejo a ustedes, y seguro que se le ocurren más de uno.
Pero el peor espectáculo de la historia más reciente de España, no se circunscribió a la Cámara Baja.
En la sede del Senado, asistimos impávidos a la actuación cobarde del entrega de las llaves de la unidad de España a unos descerebrados independentistas. Si levantara la cabeza el general Castaños, no te quedaba sitio para correr Pedro Sánchez, qué decepción.
A ver si le entra la cordura a esos necios que componen un frente común en contra de lo que la mayoría de españoles han votado.
Señores de la amalgama de los que creen que pueden y aledaños, señores (algunos) del PSOE, nuestro Estado no se vende, merece respeto y consideración, seriedad y estabilidad.
Porque los españoles que constituimos y damos forma a través de nuestro voto, a la soberanía nacional, no estamos para ser vilipendiados.
La Historia con mayúsculas nos avala.
Nos refuerza el sufrimiento y la memoria de muchos que dieron su vida por este país, y por defender una democracia que abrazase una estabilidad, unos derechos individuales, colectivos y territoriales, conseguidos gracias a la lucha y a la generosidad de los que nos precedieron.
Hay que mejorar la herencia que nos dan, señores y señoras. Y lo que no hay que hacer es dilapidarla ni mancillarla.
Tenemos que trabajar juntos por una centralidad y estabilidad, y debemos hacerlo respetando lo que la mayoría de los españoles ha votado, tanto en el Congreso como en el Senado.
Pensemos en mayúsculas, hagamos uso de la visión de Estado. Trabajemos por lo que los españoles y España se merecen, por lo mejor para todos.Y dejemos de lado, por favor espectáculos como el de ¡Pasen y Vean!.
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