¡QUE VIENE EL LOBO!, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 30 de abril de 2017
“¡Socorro!
¡Que viene el lobo y devora las ovejas!, ¡Que viene el lobo!”.
Seguro que
la mayoría de ustedes recuerdan esta frase ¿verdad?, yo también.
Seguro que
la mayoría de ustedes recuerdan el cuento de aquel pastorcillo en el cual habían
depositado su confianza todos los ciudadanos de un pueblo para que cuidase de
su bien más preciado, sus ovejas.
Quizá la
mayoría de ustedes recuerden el engaño y la burla del chiquillo, que para matar
su aburrimiento y divertirse, se hacía ver y oír de cuando en vez al grito de,
“¡Socorro! ¡Que viene el lobo y devora las ovejas!, cuando eso era mentira; así
como el cansancio de sus vecinos al acudir a cada una de sus llamadas, tras
haber visto que ni había lobo ni nada de peligro.
Estoy
convencida que la mayoría de ustedes recuerdan que eso no ocurría una ni dos
veces, a menudo el zagal repetía “la broma”. Pero un día sí que el muchacho se
encontró verdaderamente en peligro. Pero esta vez nadie acudió a su llamada, y
así se quedó solo tras tanta chacota.
Muchas
veces la realidad supera la ficción, y esta es una de ellas.
Exactamente
igual que en ese cuento, la frase la repite una y otra vez nuestro
protagonista, Pablo Iglesias Turrión.
Estoy más
que convencida que esto es lo que le está pasando a este “chiquillo”, y va a
llegar un momento que puede que aparezca el lobo o no, pero ya no tendrá apenas
credibilidad, y será entonces cuando comenzará el principio del fin de Podemos,
si es que no ha empezado ya.
No se puede
pretender gobernar un país con los “compis”, como si se estuviese tomando algo
en la “cafeta” de la “uni”, y jugando a discurrir ideas para montar otra gresca
en los alrededores de la “facul”.
No voy a
enumerarlas todas porque son un vasto elenco, pero sí he de citar las más
cercanas y de ellas, en primer lugar, el fiasco del “tramabús”, más cercano a
aquella extravagante ocurrencia de la caravana del amor los “chicos de Plan”
que a un partido con una destacada representación parlamentaria.
En segundo
y no menos destacable, la “cacerolada” ante la sede nacional del Partido
Popular hace unos días, más parecida una “performance” de la Charanga del Tío
Honorio que de unos representantes que pretenden regir los destinos de este
país.
Como no han
tenido la aceptación que esperaban y van de fracaso en fracaso, el
“pastorcillo” Pablo se sube de nuevo a lo más alto de la colina para gritar,
“¡Socorro! ¡Que viene el lobo y devora las ovejas!, ¡Que viene el lobo!”.
Y la última
de tantas es plantear una moción de censura al gobierno de Rajoy.
Bien es
cierto que en su derecho está, pero las formas hay que guardarlas y el
procedimiento respetarlo, no se puede hacer un anuncio de este calibre con una
falta de sentido común, razón de estado y respeto para los españoles, le
hubiesen votado o no. Sinceramente no sé porque me asombro, la verdad esta
puesta en escena me recordó bien a las actuaciones de Gila y la representación
de lo absurdo, bien a una actuación al más puro estilo “mortadélico y
filemónico” de Ibañez.
¿Cómo se
puede anunciar una moción de censura sin candidato, sin planteamiento, sin
apoyos manifiestos, sin fecha?, y lo peor, sin haber sido presentada. Pero he
aquí otra salida de tono de este chico y “su guardia de corps”
Está claro
que la golfería que campaba a sus anchas en el PP madrileño ha azotado el
panorama político de España, y lo que a mi juicio es más importante, las
conciencias de todas las personas de bien, en especial a los que les hemos
votado.
Pero el
planteamiento de este señor no va por ahí, su intención es seguir confundiendo
a la gente ante problemas de tal magnitud, dicho lo cual es lo que hasta hace
bien poco le funcionaba.
El objetivo
de esa inexistente, hasta la fecha, moción de censura se ampara en comentarios
hechos por el propio Iglesias tales como "La corrupción es un virus que
infecta nuestro país", "No es aceptable que jueces y fiscales entren
bajo presión política” o “Existe una grave situación institucional”.
Esos
enunciados dichos así no son descabellados, pero no se puede acusar al gobierno
de Rajoy de no luchar contra la corrupción, ni de ser inmóvil.
En primer
lugar, los golfos populares que están en prisión, los que no han ingresado o ya
han salido bajo fianza, no son ni del actual gobierno de la señora Cifuentes,
ni del gobierno del señor Rajoy.
En segundo
lugar, con este gobierno actual se está peleando como nunca contra la
corrupción, de ahí que se estén destapando casos como nunca, y muchos de sus
propios ex compañeros, eso no es presionar políticamente a jueces y fiscales,
es dejarles trabajar, digo yo. Y fíjense, eso no lo recuerdo yo con gobiernos
socialistas, únicamente recuerdo a toda la cúpula del partido de la rosa
acompañando a Barrionuevo y a Vera en su ingreso en la cárcel tras ser condenados
por el secuestro de Segundo Marey y un delito de malversación de caudales
públicos para la financiación del grupo terrorista GAL que practicó la llamada
"guerra sucia contra ETA".
Pero nada,
el “pastorcillo” Pablo “erre que erre” y sigue a vueltas con la venida del lobo
que nos va a comer.
¿Acaso el
lobo al que se refiere es el que trabaja concienzudamente por la creación de
empleo, habiendo creado más de 600.000 puestos de trabajo, y con una estrategia
implementada que fija como horizonte el 2020 en donde el paro bajará hasta un
11,2%?
¿El lobo
cuya llegada anuncia el señor Iglesias es el mismo que está posicionando a
nuestro país en el camino de la recuperación con 14 trimestres consecutivos de
crecimiento?
¿Es ese
lobo amenazador el que está permitiendo que el PIB subiese este primer
trimestre de 2017 un 0,8% y se mantuviese la tasa interanual en el 3%?
¿Nos hará
daño ese lobo que en los Presupuestos Generales del Estado para 2017 destina
más de la mitad del dinero a gasto social aumentándolo en un 1,7% hasta los 191.356 millones de euros,
representando el 55,8% del total?
La situación de España está mejorando día a día, y
aunque aún no estamos para hacer una fiesta, debemos de sacar pecho y reconocer
los esfuerzos hechos por el gobierno y por todos los ciudadanos, no nos
olvidemos de la gente.
Y les aseguro, que, si cada mañana aun hastiada me
levanto con el conocimiento de un nuevo caso de corrupción descubierto, lo daré
por bueno, ya que ello quiere decir que el gobierno hace su trabajo y deja que
la justicia haga el suyo, porque eso es lo que debe ser en un estado
democrático y sometido al derecho como el nuestro. Lo que ocurre es que otros
están acostumbrados a colaborar con otro tipo de formas de gobierno y otro tipo
de estados.
Creo que ya está bien de tomarnos el pelo, de
hacernos perder el tiempo a todos, al igual que el chico del cuento.
Cuidado con seguir engañando a la gente señor Iglesias,
no sea que al final ese lobo que tanto anuncia le vaya a comer a usted.
Comentarios
Publicar un comentario