"EL NUDO GORDIANO", artículo publicado en Diario de Pontevedra el 22 de abril de 2018
¡Quién le iba a decir a aquel labrador de la antigua Frigia, que el imposible nudo que confeccionaba para asir a sus bueyes, lo seguiríamos utilizando en pleno siglo XXI para descifrar diversos galimatías!
Porque cuanta la leyenda, que Gordio trabajaba su tierra, y que tenía por toda riqueza su carreta y sus bueyes. Cuando los frigios tomaron en cuenta la necesidad que tenían de un rey, no dudaron en acudir al oráculo. Una vez consultado este les respondió, que el primer hombre que vieran subido a un carro, ese debía de ser el elegido.
Aquel hombre no era otro que el humilde Gordio, que sin titubeos fue proclamado rey de Frigia (parte centro norte de Turquía actual), el cual fundó la ciudad que lleva su nombre y, en señal de agradecimiento, ofreció al templo de Zeus su carro y ató la lanza y el yugo con un nudo cuyos cabos se escondían en el interior, tan complicado según cuenta esa misma leyenda, que nadie lo podía soltar. Pero cuando Alejandro Magno se apoderó de Frigia, supo que una antigua tradición prometía el imperio universal al que desatara aquel nudo. El mito popular narra que el Gran Alejandro cortó el nudo con su espada.
Este es el origen del término “nudo gordiano”, que tal y como anunciaba al principio de este artículo de opinión, ha permanecido en el lenguaje para dar nombre a una dificultad que no se puede resolver, a un obstáculo difícil de salvar. Y de la misma manera, "cortar el nudo gordiano" significa resolver tajantemente y sin contemplaciones un problema.
Quizá la señora Cristina Cifuentes, y sin haber caído en la cuenta, comenzó a tejer un nudo como el del labrador frigio cuando saltó la tan llevada y traída noticia de su máster.
Pero llegado este momento de ya no vuelta hacia atrás, lo que quizá tenga más importancia ahora es conocer ¿quién ejercerá de Alejandro y cortará el nudo en el farragoso caso de dichoso máster, que se supone ha cursado la presidenta de la comunidad de Madrid.?.
A mi juicio es casi tan difícil como deshacer el entramado, ya que existen diversas opciones: Los “píos” Ciudadanos, los “polizones” de Podemos, “los compañeros” Populares, la” sitiada” implicada, o los que mandan “el pueblo”.
Habrá que sentarse y observar, porque, si el Gran Alejandro lo cortó de cuajo, haciéndose así con el poder, a ver quien ejerce de tal, estos días lo veremos. Yo tengo opción favorita, como no podría ser de otra manera, y la he ido alimentando tras haber realizado unas pesquisas y casando piezas de un nada sencillo puzle; aunque esta vez, prefiero lanzar la pregunta y dejar al libre albedrío o a la imaginación de cada uno, el posicionarse ante una solución u otra.
Por otra parte, es muy triste que la carrera política de un gran “zoon politikon”, como lo es Cristina Cifuentes, con sus aciertos y sus errores, sus luces y sombras como todos los humanos, se venga al traste por no poder evidenciar con pruebas lo acontecido.
Pero la vida es así, y la que les escribe, como me imagino que (excepto algunos despistados) la mayoría de las personas que han cursado un máster, doctorado, licenciatura, especialidad, cursos especializados, etc.; tengo todo en documentos oficiales y fotocopias compulsadas.
Y en esa misma línea yo le digo a quien lo necesite que hay que contar con todas las pruebas en nuestro haber. Y lo digo con conocimiento de causa, ya que yo sufrí un accidente que me ha dejado, no pocas secuelas en mi pierna derecha, y como nadie me vio caer, y los primeros que me asistieron no dijeron todo lo que sabían ante un Tribunal, no pude demostrar el lugar del incidente, (que por otro lado no cumple la normativa urbanística), y perdí el pleito. Y les puedo asegurar que la caída fue de sobresaliente, el golpe de matrícula de honor, y las consecuencias “cum laude”.
Pues lo mismo le digo a usted señora Cifuentes.
Y yo que soy de las que siempre concede la presunción de inocencia ante la comisión de un hecho punible; que no digo que usted lo hubiese cometido, ya que me falta información consistente; lo que sí manifiesto, desde mi humilde y desafortunada experiencia, es que, además de estar en la posesión de la verdad, hay que demostrarla con pruebas irrefutables, independientemente (por desgracia) del testimonio y el convencimiento expreso de que ese hecho hubiese acontecido.
Esto funciona así en el día a día de todas las personas, y en especial, de los que deben de dar ejemplo.
Si es cierto que usted está en la posesión de la verdad, le deseo lo mejor; y será entonces, cuando los que han intentado “frisar” ese nudo gordiano en torno a usted, caso de ser deleble, tal y como en sus testimonios asevera, le puedo adelantar, que ni tan siquiera necesitarán a un “magno” para desbastarlo. Caso contrario, ya sabe lo que le queda.
Como siempre, el tiempo concederá la razón a quien la tiene, aunque siempre sea doloroso, el corte a la consistencia de un nudo gordiano.
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