¡JAIME, AGRADECIMIENTO INFINITO! , artículo publicado en Diario de Pontevedra el 19 de enero de 2020
Llevamos
una temporada en Pontevedra, de esas que no gustan, y qué también describió
Santi Mosteiro al redactar en este mismo Diario de Pontevedra el artículo sobre
el fallecimiento de Jaime Trigo; cito textualmente, “no han sido pocas las noticias luctuosas”.
Pues
tienes toda la razón Santi, la verdad es que no; y varias de ellas referidas a personas
emblemáticas, que han colaborado (y mucho) a construir la Pontevedra y la
Galicia que hoy conocemos; porque el pasado 4 de enero se nos iba la
inigualable Piluca Montenegro; al día siguiente perdíamos al gran Pepe Solla;
pero si esto no fuera poco, este pasado 12 de enero se unía a ellos dos el
inigualable Jaime Trigo; al que se despidió ayer tarde en una misa en el
Santuario de los Milagros de Amil.
A
Jaime le conocía de siempre, como nos conocemos muchas personas en esta ciudad;
pero coincidí con él especialmente en la época en la que yo era la Delegada Provincial
de Cultura de la Xunta; y aunque después no tuve una relación directa y
continua con él, (como si la tuve con Piluca y Pepe), ello no es óbice para que
reconozca y ponga en valor el gran legado que nos deja.
Si
no fue el primer galerista de Pontevedra, sí fue el más conocido; y allí en la
calle Charino abría “Altamira”, un lugar
de referencia tal, que al poco de abrir sus puertas ya había traspasado las
fronteras de Pontevedra y Galicia; un local que hoy sigue siendo un referente,
aunque su actividad está dedicada al mundo del ocio, ya que hoy está ocupado
por un exitoso pub con terraza; (esto lo digo para referenciar a todos los que lo
frecuentan, para que sepan que fue la primera galería de arte destacada de
Pontevedra), y que quizá de alguna manera homenajea su primera actividad bajo
la mano de Jaime; de ahí su nombre “Patrimonio”. A continuación traslada su
galería de arte al antiguo edificio de Olmedo (para los más jóvenes, el mismo
que tiene un restaurante de pasta en su bajo, entre la plaza de Curros Enríquez
y la calle Manuel Quiroga), para y con
el tiempo, establecer la ya famosa Galería Jaime Trigo, (allá a finales de los
90) en la Avenida de la Estación. Pero no quedó ahí su actividad profesional,
ya que abrió otra en La Coruña, “Isadora”, dedicada ésta en exclusiva al Art
Decó; una preciosidad.
Como
contaba Santi en su artículo, su padre construyó en Pontevedra el “Hotel
Universo”, todo un referente de la época “sesentera”, y que yo recuerdo aún a
mediados de los “70”, ya que era el punto de encuentro para muchos niños y
niñas de la zona, en donde nos recogía el autobús cada mañana y cada tarde para
llevarnos al recién inaugurado “Colegio Nacional La Junquera 1”.
Y
de alguna manera ese edificio siempre nos recordará a la familia Trigo, ya que fuimos
creciendo al tiempo que dicho hotel se transformaba en viviendas, y en cuyo
bajo se abriría uno de los primeros establecimientos de la marca Zara, el cual
y durante muchos años fue un referente en toda España; lo que hoy se llamaría un “flagship store”, o lo que es lo mismo, un
buque insignia de la marca.
Al
tiempo y justo en el local contiguo, veía la luz otro de los negocios aun hoy
de referencia en nuestra ciudad, me refiero a “PRENATAL”, (pues también tiene
que ver algo Jaime, fíjense ustedes), ya que el entonces novedoso y exclusivo
establecimiento para para madres gestantes y bebés, fue idea de otra gran
emprendedora, su esposa Bea, su mujer y la mejor compañera en el camino de la
vida; a la que le mando desde aquí un abrazo y un beso enorme.
Pero
mis recuerdos de Jaime no se quedan ahí, ya que fue todo un padre para su
sobrina Patricia , amigas de la infancia que abandonábamos juntas de la mano de
un grupo de adolescentes divertidas y entrañables como Cristina Quintana y
una de sus primas Mercedes (“Chiti”)Trigo, (hija de Agapito, uno de los
hermanos de Jaime al que recordarán por la academia TRIESA); todas ellas ya hoy
mujeres maravillosas, y aunque la vida nos ha llevado por caminos distintos,
cada vez que nos encontramos es como si no nos viésemos desde ayer.
Tampoco
puedo olvidarme en este artículo de su sobrino Rafa Trigo y del sello que en él
también dejo Jaime; porque Rafa es todo un referente en la Pontevedra de la
restauración y del ocio desde los años setenta, cuando abría “La Cabaña”,
aunque yo recuerdo más (cuestión de edad) lo que tanto nos hizo disfrutar a los
“jóvenes” de los 80, con su inicial crepería (la primera en Pontevedra, que yo
recuerde) que después sabiamente transformó, en el “archiconocido” Pub
Universo, lugar de obligado encuentro de todos los pontevedreses, y en donde la
miscelánea de edades no era impedimento para divertirnos. Y en dónde recuerdo el
apoyo a los artistas noveles desde las paredes de su establecimiento.
Pero
sin duda el destino pondría en relevancia otra de sus cualidades, su
generosidad sin límites; la que ejerció junto a toda una
guerrera, su mujer Bea, por el cuidado y la entrega a su familia, en especial a
su hijo Borja y a sus sobrinos más cercanos; cuestión que engrandece aún más
como persona.
Hace
hoy una semana el mundo del arte perdía una pieza única y tan especial como su
colección de casi 300 piezas exclusivas de alabastro de entre los siglos II al
XVIII. Toda una joya que hace palidecer (entre otras), a la del museo “Victoria
and Albert Museum de Londres”.
Jaime,
desde allí donde ya estás, que sepas que aquí se te recordará siempre por tu
egregia impronta. Bien a través de tu pasión por arte, o por el sello que has
estampado a fuego en el corazón de tu familia y los que más te querían. A los
que reitero desde aquí un abrazo enorme y todo mi cariño. Yo me quedo con un
poquito de casa cosa de Jaime, lo que sin duda da consistencia a la estela del
aroma que sigue impregnando una vasija de alabastro (de ahí su nombre) aun
cuando el perfume que albergaba ya no exista en ella.
¡JAIME,
AGRADECIMIENTO INFINITO!
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