LA CAJA FINLANDESA, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 7 de agosto de 2016

En base a los datos extraídos del Instituto Gallego de Estadística en Galicia durante el año 2015 se produjeron 31.403 fallecimientos; los nacimientos fueron 19.346, es decir,  el saldo vegetativo se contabilizó en un número negativo, - 12.057 personas, continuando el descenso en la base de la pirámide poblacional. No es un dato bueno ni mucho menos.




Dar la vuelta a la pirámide, frase de una campaña de la Asociación Nacional de Mujeres en Igualdad, no es cuestión fácil, y menos en estos momentos que vivimos donde la vorágine laboral nos come.



Son muchas las actuaciones de conciliación de la vida social y laboral propuestas por las distintas administraciones públicas en sus competencias, pero además, la Xunta de Galicia pone a disposición de las familias que más lo necesiten iniciativas como el cheque bebé, la tarjeta de bienvenida y el aumento de las plazas en guarderías públicas y concertadas, entre otras.

Un dicho popular nos cuenta que los niños vienen al mundo con un pan bajo el brazo, y aunque no sea una medida determinante para dar la vuelta a la pirámide, desde este agosto unas 1600 madres gallegas recibirán cada mes un obsequio para su bebé, un detalle materializado en una caja de cartón que contiene entre otras cosas, toallitas, discos de lactancia, crema para las partes sensibles de la piel, una mantita, un CD de nanas cantadas en gallego y un libro, además de un "cariño" para el recién nacido elaborado por alguna de las entidades de personas con discapacidad con las cuales se han firmado convenios, así como la cartilla sanitaria del bebé y documentos informativos para solicitar ayudas. Es decir la ya conocida por muchos como la caja finlandesa, llega a nuestras casas.



La historia de esta caja de maternidad comenzó en 1938, cuando la situación económica de Finlandia era diferente a la actual. Entonces, la tasa de mortalidad infantil era de 65 casos por cada 1.000 nacimientos. En principio, la ayuda se destinó a la gente de más bajos recursos. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, el contenido de la caja de cartón se convirtió en una contribución vital para muchas familias. Hoy es habitual.  

Finlandia es en la actualidad uno de los países con mayor calidad de vida en todo el mundo. De hecho, hoy se dice que es el mejor lugar para convertirse en madre, según una clasificación elaborada por la ONG Save the Children en 2014. Por eso, puede parecer extraño que el Estado finlandés entregue a todas las mujeres embarazadas una caja de cartón que contiene ropa, juguetes y otros productos para el bebé, una práctica que podría ser más característica de países con altos niveles de pobreza y desigualdad. Sin embargo, se trata de una tradición que se remonta a hace casi ocho décadas y cuya influencia se hace sentir ahora en muchos otros lugares del planeta.

Y España no podía ser una excepción, pero esta dádiva que se entrega a las mamás para sus retoños no es universal en nuestro país. De nuevo Galicia, innova en prestaciones públicas, y desde luego toda ayuda es poca ante la llegada de un nuevo niño al mundo, por ello mi felicitación a la Xunta por este nuevo paso hacia delante en lo social.


Durante esta semana he asistido atónita a opiniones poco favorables a esta iniciativa en distintos medios de comunicación. Qué raro en este país; porque si haces cosas, porque las haces, si no las haces, porque no las haces, y aunque nunca llueve a gusto de todos, acciones como esta deben ser bienvenidas.

Preparando este artículo de opinión, me puse manos a la obra y quise ahondar en el por qué de esa caja en una época que, como ya he reflejado anteriormente, dista mucho y para bien, de la situación social y económica en la que surgió esta idea; y teniendo en cuenta que mi compañera de viaje diario al trabajo es gran conocedora de Finlandia y las costumbres finesas, ya que su hijo lleva instalado en ese país hace unos años, aproveché la compañía de Teresa, cuya opinión también como pedagoga  me serviría de mucho.

Y efectivamente tras una intensa conversación, ella vino a corroborar mi idea sobre la entrega de la caja que tiene un fondo más que interesante, y no es otro que el de proporcionar lo mismo a todos los bebés que nazcan sin distinción alguna. Pues sincera y humildemente a mí me parece una decisión muy acertada.


Desde ya, todas aquellas nuevas mamás gallegas que la quieran ya no tienen que acudir a la página web de la empresa que la comercializa desembolsando un montante económico de 399 dólares, unos 305 Euros. Bien es cierto que viene directamente del norte de Europa, con alguna cosa más de las que aquí se entregan y con gastos de envío internacionales incluidos, pero ahora ya la tienen aquí y sin coste alguno.

Pues qué quieren que les diga, yo celebro esta iniciativa.

Le he preguntado a mi madre, y a ella le hubiera gustado recibirla cuando yo nací; pero nunca es tarde cuando la dicha es buena, y no deja de ser una manera original y tierna de darle la bienvenida a un nuevo bebé gallego, bien sea ahora la caja de maternidad gallega o siga siendo a ojos de todos, la caja finlandesa.




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