LARRY, EL GATO Artículo publicado en Diario de Pontevedra el 17 de julio de 2016
Espero que no me tachen de frívola después de los acontecimientos que hemos vivido esta semana.
Estamos inmersos en controversias informativas, con noticias desgarradoras, noticias que ya rayan el hartazgo, y más suma y sigue de la situación actual política en España, por ello quise que este domingo pudiésemos disfrutar de una información curiosa y amena, creo que nos merecemos un respiro. Me refiero al gato más poderoso del Reino Unido, el que habita en el número 10 de Downing Street.
De muchos es sabido mi pasión desenfrenada por los gatos, sobre todo los que me conocen y me llevan aguantando, (a veces soy muy pesada con este tema, lo sé), durante los casi 17 años que dura mi relación amorosa con Rhuna y Lola, mis dos gatas.
Esta semana, con la marcha de David Cameron y la llegada de su nueva inquilina, Downing Street volvía a ser protagonista en la apertura de muchos informativos, pero esta vez con una peculiaridad de la que hacían eco todos los medios de comunicación, el peludito funcionario público al servicio de la nueva Primera Ministra británica.
Sinceramente me parece una información desproporcionada, pero si James Bond está al servicio de Su Graciosa Majestad, qué menos que el elegante Larry para hacerlo con The Premier Mrs. Theresa May.
"Larry es un funcionario público y no pertenece a la familia Cameron, así que se quedará dónde está", estas fueron las palabras de una portavoz de la oficina del Gabinete británico en declaraciones que recoge la agencia AFP.
Pues bien, en primer lugar, los excéntricos británicos (dicho con todo mi cariño), ya tienen resuelto uno de los problemas que les traía de cabeza tras el Brexit, el futuro del "ratonero jefe" de la residencia oficial; y en segundo y no menos importante, ya veo a una de las mujeres más poderosas e influyentes del mundo adaptándose a la personalidad de este ya famoso felino, porque como muy bien sabemos los dueños de gatos, nosotros no los adoptamos a ellos son ellos los que nos tienen que adoptar a nosotros, y desde ese momento la casa deja de ser nuestra.
Larry no es el primer cazador de roedores en el 10 de Downing Street.
El “puesto” existe desde los años 20, y el primero en tomar el cargo fue Rufus de Inglaterra. Durante el mandato de Margaret Thatcher y John Mayor, el protagonista fue Humphrey, que llegó a cobrar una pensión de 100 libras (120 euros) al año. Dicen los rumores que, en 1997, la mujer de Tony Blair lo jubiló; pero víctima de la austeridad de los últimos años, Larry trabaja gratis y se alimenta de lo que le da el personal de la casa y las golosinas de sus admiradores.
Su historia comenzó con el cruce de una rata ante la puerta del 10 de Downing Street en un directo televisivo, lo que provocó que la familia Cameron lo adoptase desde el 15 de febrero de 2011, recomendado por el centro Battersea Dogs & Cats Home como mejor opción para acabar con el problema de los roedores en tal cardinal residencia.
Pero es que además de estar está en la “fase de planteamiento táctico” para encontrar la solución a la presencia de ratones en la casa, entre sus múltiples tareas, detalladas en la página web oficial del Gobierno, “Larry da la bienvenida a los invitados, inspecciona las defensas de seguridad y prueba la cualidad de los muebles antiguos para hacer la siesta”.
Por si esto no fuese suficiente, tiene cuenta de Twitter, yo ya le sigo, y me estoy planteando abrirle una a mi Rhunita; bien es cierto que no vivimos en tal magno hogar ni yo soy primera ministra, pero mi gata no va a ser menos.
Bromas aparte, si bien en la actualidad son muchos quienes estiman tanto a los gatos que les llegan a dar un trato especial, esto difícilmente podrá superar el lugar que estos animales tenían en el Antiguo Egipto.
Allí les llamaban “miou”, y como anécdotas decir que no sólo se guardaba luto si el de una familia fallecía, sino además podía arriesgar pena de muerte quien llegara a matar uno.
Su consideración en una familia pasaba por las labores de caza de pequeños roedores, así, los gatos permitían proteger los depósitos donde los egipcios guardaban sus cosechas, principalmente trigo. Además, la eliminación de las ratas también ayudaba a evitar ciertas enfermedades como la peste. Asimismo, también cazaban serpientes, logrando volver más seguros las casas y los alrededores que constituían como su territorio.
Por otro lado, destacar su consideración “real”, en donde los egipcios también los ocuparon como ayudantes en actividades de caza, especialmente entre los faraones y la nobleza.
Pero además de estas consideraciones prácticas, quiero contarles que los privilegios de los felinos no se quedan ahí. En el Antiguo Egipto los adoraban como dioses y lo materializaron a través de la creación de la diosa de la protección del hogar, la alegría y la fertilidad Bastet.
Te pueden gustar o no te pueden gustar, eso está claro, pero la verdad es que estos seres son maravillosamente mágicos.
La historia se repite, pero hoy día este especial tratamiento a un poderoso felino nos lo encontramos en el Reino Unido.
Mrs Theresa May, yo le digo que si es cierto lo que los antiguos creían de los gatos, a partir de ya, puede usted sentirse protegida a través de los ojos de Larry. Es posible que Bastet esté pendiente de usted y le brinde protección; aunque de lo que no me cabe la menor duda, es que con él pasará momentos de felicidad, mimos y diversión. Pues suerte, porque ambas cosas las va a necesitar.
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