NÚMEROS Y NUMERITOS, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 4 de septiembre de 2016
Comienzo por los números, es bastante más gratificante.
Este pasado viernes conocíamos los datos de desempleo del mes de agosto.
Galicia cerró el octavo mes del año con 20.687 personas paradas menos que en el mismo mes de 2015. Ello supone un descenso del 9,68%, ahí es nada.
Y aunque quedan muchas cosas por hacer y muchas personas que encuentren trabajo, no hay que desdeñar estos números, sobre todo si tenemos en cuenta que esta es la segunda mayor bajada de paro, en términos interanuales en un mes de agosto de toda a serie histórica en términos absolutos. Buena noticia.
Galicia registra así, casi tres años de bajadas consecutivas interanuales, es decir, en Galicia se vuelve a disminuir el colectivo de personas sin empleo, al igual que en los últimos meses, en las cuatro provincias, en las siete grandes ciudades y en todos los sectores productivos.
Pero a mí me alegra saber que el desempleo baja tanto en mujeres como en hombres, y se manifiesta en todos los tramos de edad, destacando una vez más entre nuestros jóvenes menores de 30 años con un 14,63%, y que Galicia lidera el ranking de las comunidades autónomas siendo la que más reduce el paro registrado y el incremento en las afiliaciones a la Seguridad Social.
Pues, ¡bien hecho! señor Conde y señor Feijoo, ya que estos números junto con las cifras de la EPA, indican que se está en el mejor de los caminos para la recuperación en Galicia, espero que puedan seguir trabajando para afianzar esta buena evolución y seguir creando empleo estable y de calidad, y hacerlo buscando el objetivo deseado por todos, paro cero.
Pero si en Galicia daba gusto disfrutar de estos números, en esta semana hemos tenido que asistir como espectadores a otros numeritos mucho menos gratificantes.
Cuando hablo de numeritos no me refiero al diminutivo plural del sustantivo correspondiente, si no a las acciones puntuales de muy mal gusto, que hemos tenido que sufrir estos pasados días.
Como gallega me sentí más que ofendida al ver y escuchar a la representante de En Marea-Podemos a lo largo de su intervención en la tribuna del Congreso de los Diputados con motivo de la sesión de investidura del candidato Mariano Rajoy.
Alexandra Fernández cuando se dispuso a brindar su no al candidato a la presidencia del gobierno, adornaba su intervención con afirmaciones como, “ esta negativa también se hará palpable el próximo 25 de septiembre con la derrota del Partido Popular en las elecciones en Galicia, vamos a votar no para impedir que hipotequen nuestro futuro y Galicia será, una vez más, vanguardia política en la unidad de la transformación", "la urgencia es tener un trabajo, una vivienda, disponer de servicios públicos de calidad", además de insistir en que el trabajo de su grupo permitirá dar un giro "en su rumbo, que nos lleva contra las rocas", y apostillando al final de su intervención con una frase tan elocuente como "el único miedo real es que ustedes sigan gobernando".
Señora Fernández, no sé en qué Galicia vive usted, y lo que ya no me parece ni de recibo, es que una mujer joven y formada como la considero, haga semejantes manifestaciones, aunque lo peor de todo no es eso, a mi juicio lo peor es que una persona de 27 años que ha nacido y crecido en democracia, transmita tanto rencor, odio e inquina en cada una de sus intervenciones.
El que usted esté en Madrid gozando de privilegios y un sueldo al que jamás podrán llegar ni un mínimo porcentaje de ciudadanos, no le debería hacer perder la perspectiva. No se olvide que esto no es la Venezuela que sus compañeros de viaje político defienden, esto es Galicia, y los gallegos vamos a seguir apoyando lo positivo para nuestra tierra y nuestra gente.
Pero por si este numerito no fuese suficiente, al final de la semana me encuentro con otro numerito; y sinceramente me pensé muy mucho si hablar sobre él, sobre todo para no darle pábulo, pero me pudo la indignación.
Ya no quiero hacer hincapié al tratamiento que algunos medios de comunicación dan a los candidatos del entorno de Podemos y En Marea; el profesor Monedero, el profesor Iglesias, el ex general Julio Rodríguez, el Juez Villares, etc; ¡vamos!, como si los demás fuesen una pandilla de indocumentados. Por favor, seamos serios y cautelosos.
Pero donde sí voy a hacer hincapié es en una caricatura de los llamados En Marea.
Como bien se apuntaba ayer desde este periódico, “la guerra sucia en campaña no es nada nuevo, pero en los últimos años con el auge de las redes sociales sí ha adquirido una dimensión diferente. Allí, desde esos grandes altavoces llamados Twitter y Facebook, unos y otros se enzarzan, promueven campañas desde la sombra, crean perfiles insidiosos de sus rivales...”, pero es que la imagen de Alberto Núñez Feijoó con soga al cuello anudada con el logo de En Marea, es absolutamente inadmisible en democracia. Vaya numerito...
¿Cómo se le ocurre a los que se hacen llamar la vanguardia del cambio democrático iniciar una de sus incursiones en esta pre campaña con un ahorcamiento de un candidato a la presidencia de la Xunta?.
¿Esta gente es la que quiere gobernar Galicia?, pues aviados vamos los gallegos.
Soy consciente que ese logo de tres piezas que emulan un nudo, pudiera haber sido más que premeditado para fabricar inmundicias como la que se ha podido ver en el cuello del candidato Feijoó. Es más, yo participé en un reto facebookero en el muro de un amigo para averiguar el significado del logo, y aunque acerté, nunca hubiese imaginado que serviría para esto.
Sobre el nombre de En Marea, ya prefiero ni ahondar, porque señores del entorno de Podemos, ustedes no son mareantes, no salen a la marea, ustedes lo único que intentan, es marear.
Deben de tener en cuenta que los gallegos somos muy inteligentes, al mismo tiempo que considerar que en democracia no se puede insultar de esa manera.
Humildemente, creo que Galicia va por el buen camino, y que son ustedes los que no van en la dirección adecuada.
Lo que le interesa de verdad a la gente, es tener un trabajo, llegar a fin de mes, vivir tranquilo e intentar buscar algo mejor para sus descendientes.
Al fin de cuentas, lo realmente le interesa a la gente son los números, no los numeritos.
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