SU GRAN CENA GRIEGA, artículo publicado den Diario de Pontevedra el 29 de enero de 2017


Quien le iba a decir al señor Lores que su gran cena griega de 2015 emularía en fama a la que allá por 2002 en la gran pantalla, el señor Portokalos organizaba, también en Nueva York, para casar a su hija Toula. 



Eso sí señor Lores, si usted se hubiera acompañado de aquel limpiacristales que todo lo solucionaba, Pontevedra no hubiera inaugurado portadas de periódicos y telediarios con esta noticia tan polémica.




Otra vez más un nuevo viaje para recoger no sé qué premio o mención sobre el modelo de ciudad de Pontevedra; ¡pues qué famosos somos!, aunque no veo ningún retorno de esos fastos en nuestra ciudad.

Como vecina sí puedo estar de acuerdo con que estas citas pueden llegar a dar a conocer a Pontevedra por el mundo, pero no se trata solo de pasear, de ir a saludar, agradecer y volver; los viajes institucionales, precisamente porque los pagamos todos, deben tener más contenido y repercutir así en la economía de la ciudad, y por lo que estamos viendo, esos viajes parecen más de placer que de trabajo. Por cierto, aprovecho y hablando de trabajo señor alcalde, Pontevedra sigue estando en el pódium de las ciudades con un mayor índice de desempleo.

Pero vayamos por partes.

Un evento institucional, y se lo dice alguien que ha organizado unos cuantos, es de tipología muy amplia, pero siempre tiene un mismo fondo, la representación de la institución.


La cena que nos trae de cabeza esta semana, se supone que debería ser la celebración que pone punto y final a la recepción de ese supuesto ¿premio?, o al menos, (que eso sí lo tengo claro), al reconocimiento por la Fundación Bloomberg del modelo de ciudad Pontevedra.

Pues yo ahora me pregunto, al tener carácter institucional por ser organizada por el ayuntamiento capitalino, ¿qué beneficios nos trae a la ciudad y a todos los qué la hemos pagado?, porque si es así, nos deben contar los réditos obtenidos además del citado premio o mención. Y si no, también.

El coste de la francachela fue de 3.263,76 $, que vienen siendo 2.916,94€. Sinceramente he de decir, que para ser una cena en un restaurante de tipo medio en la séptima avenida de Nueva York y con 27 comensales (información del ayuntamiento), no es un precio descabellado; como tampoco lo es la tan llevada y traída “gratuity”, que no es una propina al uso, aunque sí es una  es una medida que se aplica a todos los servicios para complementar el salario base norteamericano (que es irrisorio) de camareros, taxistas, servicio de limpieza, atención en hostelería y un largo etcétera. El porcentaje mínimo establecido del 18%, aunque varía con la ciudad, con el tipo de establecimiento, e incluso con el índice de satisfacción del servicio recibido. Hasta aquí no estaría tan mal la cosa, a Dios lo que es de Dios y a Lores lo que es de Lores.


Ahora bien, lo que sí no es de recibo, es la falta de información del porqué de esa cena, y a mí como contribuyente, no me vale la abstracta justificación de haber reunido a pontevedreses en la diáspora de la Gran Manzana. No señor Lores, las cosas no se hacen así, y por cierto hay algunos que no fueron invitados y me consta, ¿por qué?, ¿cuál fue la lista seleccionada y en base a qué criterios?

Cuando alguien viaja en representación de una institución y lo pagamos todos hay que hacerlo con total transparencia y con la información detallada, con una agenda previa conocida por, al menos todos los portavoces del resto de los grupos políticos en el ayuntamiento, e incluso invitarlos a asistir. Porque en ese caso y con un motivo fundamentado del viaje, con un propósito y unos beneficios reconocidos y cuantificados de retorno a la ciudad, no sería un gasto, sería una inversión.


Los viajes institucionales que se hacen sobre todo al extranjero, deben ser diseñados hasta el último detalle, cuadrar agendas, buscar sinergias y contactos previos para, incluso ser acompañado por empresarios que puedan tener intereses en la internacionalización de sus empresas, y con una convocatoria de medios a la altura de las circunstancias. En estos términos sí que el intercambio sería provechoso, y seguro que ni la oposición a su gobierno municipal, ni los ciudadanos denunciaríamos lo ocurrido.

Es más, ¿por qué no se publica la agenda institucional del alcalde, los acompañantes y el coste detallado de estos viajes?, que yo sepa hay un acuerdo del Pleno en este sentido, y desde luego ahí hay que aplaudir la reclamación del grupo popular en el ayuntamiento cuando exigen el “cumplimiento íntegro” del mismo. Pues ya están tardando desde el consistorio en actualizar su sede electrónica.


A mi juicio las cosas no se han hecho bien, como tampoco se ha actuado bien faltando al respeto a los representantes populares llamándole “poco viajados” y diciendo que su petición de información es una “paletada”.

Un alcalde es de todos y debe estar a la altura de las circunstancias, y ya que Pontevedra vemos que es modelo de urbanismo, su alcalde debe estar a la misma altura y serlo también de urbanidad, porque los representantes de otras fuerzas políticas se merecen ante todo respeto y consideración.

Este actuar con “poderío” ya ha ocurrido con otros viajes y en otros temas, como por ejemplo, en la negociación de los presupuestos locales que han sido aprobados in articulo mortis habiendo hecho temblar los cimientos de la estabilidad de su gobierno, y esa praxis los lleva camino de los tribunales.

Todos en nuestro proceder debemos actuar con altura de miras, pero no creernos que se esté por encima de nadie.


Pontevedra somos todos, y tenemos derecho a saber dónde, cómo y por qué se gasta nuestro dinero, y tener la constatación de si los actos organizados son institucionales o del tipo de Su Gran Cena Griega.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"EL PROTOCOLO DEL VESTIR EN LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA", artículo publicado en la revista de la Cofradía del Nazareno y Santo Sepulcro de Sanxenxo abril 2019

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 30 de octubre de 2016

EL DISCURSO DEL REY, artículo publicado en Diario de Pontevedra el día 28 de diciembre de 2014