¡NO ES VENGANZA, ES JUSTICIA!, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 18 de marzo de 2018

Desde el 26 de marzo de 2015 nos están bombardeando con alegatos a favor y en contra de la PPR o Prisión Permanente Revisable, y de nuevo, los de siempre dando la espalda a lo que el 80% de la población española clama, la no derogación de este tipo de condena.

"No hay que legislar en caliente!", soltaron por sus fauces en varias ocasiones los "pedrosanchistas" y los continuos “protestandas y protestandos” de Podemos. 

De los parroquianos de Iglesias nada que añadir; bueno, sí, darle las gracias una vez más por saber estar y tener sentido a Carolina Bescansa, la única con los pies en la tierra. 

Ahora bien, a los "pedrosanchistas" capitaneados por la Portavoz Margarita Robles ... Decir irreconocibles, es poco. No sé qué veneno les habrá suministrado su "amado líder", que ni el más potente de los antídotos, conformado por la presencia de los padres y madres de los niños desaparecidos y/ o asesinados el jueves pasado en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, les hizo el más mínimo efecto.

Esto, en lo que refiere al fondo, de las formas, mejor no hablar; quizá tengamos que abanderar una campaña de recogida de firmas para que sus señorías antes de tomar posesión del acta correspondiente, tengan la obligación de pasar un consistente elenco de pruebas psicotécnicas. Ahí lo dejo.

Por encima de todo, mi cariño y mi incondicional apoyo a los progenitores de Diana Quer, Mari Luz, Sandra Palo y Marta del Castillo, a los de las niñas de Alcácer, a la madre de Jeremy Vargas, a la de los dos pequeños de Moraña, a la de Ruth y José, por citar algunos. Ahí seguiremos con vosotros, apoyando la Prisión Permanente Revisable. La vida de vuestros hijos no os la podemos devolver, pero sí, impedir que bestias de semejante ralea sigan aniquilando vidas.

Recordemos que la PPR es la máxima pena privativa de libertad del Código Penal de España, aprobada en el Congreso de los Diputados en marzo de 2015, como parte de la Ley de Seguridad Ciudadana, y en el contexto del Pacto antiyihadista. Y ante la gravedad del caso, solamente con el apoyo del Partido Popular.

Los delitos a los cuales se les aplicaría esta pena, que no es una cadena perpetua como algunos pretenden confundir, se ciñen a los supuestos de excepcional gravedad (asesinatos especialmente graves, homicidio del jefe del Estado o de su heredero, de jefes de Estado extranjeros y en los supuestos más graves de genocidio o de crímenes de lesa humanidad), en los que esté justificada la imposición de una prisión permanente, si bien sujeta a revisión; es decir, tras el cumplimiento íntegro de una parte relevante de la condena cuya duración, depende de la cantidad  y naturaleza de los delitos cometidos, el penado puede obtener una libertad condicionada al cumplimiento de ciertas exigencias, en particular, la no comisión de nuevos delitos.

La revisión se hará por parte de un tribunal colegiado, que deberá valorar nuevamente las circunstancias del penado y del delito/os, revisando su situación personal. Esta revisión judicial periódica garantiza un horizonte de libertad para el condenado. Si el tribunal considera que no concurren los requisitos necesarios para que el penado pueda recuperar la libertad, se fijará un plazo para llevar a cabo una nueva revisión de su situación; y si, por el contrario, el tribunal valora que cumple los requisitos necesarios para quedar en libertad, se establecerá un plazo de libertad condicional en el que se impondrán condiciones y medidas de control orientadas, tanto a garantizar la seguridad de la sociedad, como a asistir al penado en esta fase final de su reinserción social.

El pasado día 9 de febrero de 2018 el Gobierno de España añade 5 delitos a los 8 ya existentes en los cuales cabe la PPR, y se definen tales como son cinco: Asesinato con obstrucción de la recuperación del cadáver a los familiares, asesinato después de un secuestro, violaciones en serie, violación a un menor tras privarle de libertad o torturarlo, y las muertes causadas en incendios, estragos o liberación de energía nuclear o elementos radiactivos.

Como pueden ver ustedes, no son delitos banales ni mucho menos, pero los "protestandos permanentes", restan relevancia a la gravedad de los actos cometidos, impasibles al desgarro que traen consigo para las familias de las víctimas.

Pues a esos mismos les digo, que en países como Francia, Alemania o Italia, la lista de supuestos es mucho más numeroso. En la misma línea añado, por si aun no se han enterado, que la PPR que el Gobierno defiende, cuenta con todos los avales jurídicos y legales, y ya que está incluida como posible en la corte penal internacional, y el tratado de derechos humanos reconoce en su jurisprudencia la coherencia con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

Este es mi contundente alegato a favor de la Prisión Permanente Revisable dentro del contexto de defensa de los derechos humanos, y pensando especialmente en todos a los que les han sido arrebatados, en sus familias.

La vida no tiene precio, y eso es por lo que tenemos que luchar todos unidos, remando en la misma dirección, e intentando practicar el hombro por hombro. Por ello, me resulta muy complicado entender a aquellos que se oponen a la PPR, y en especial al espectáculo dantesco que protagonizaron los de siempre, más los "pedrosanchistas" este pasado jueves en el Congreso de los Diputados.

Soy consciente que mi contundente, fundamentada y sentida opinión podrá levantar más de una ampolla, y alguno se pueda llegar a rasgar las vestiduras. A esos les digo, que a mí se me rasga el alma cuando me entero de casos como los citados al inicio de este artículo.

Espero que el antídoto aún pueda hacer efecto, porque estamos a tiempo de corregir el error cometido este pasado jueves día 15.

 Espero y confío que esto siga adelante. Porque como ya dije al comenzar, esto no es venganza, es justicia.