¡DONDE LAS DAN …! artículo publicado en Diari de Pontevedra el 17 de febrero de 2019
Ya saben ustedes mi
debilidad por el refranero español y curiosidades varias de nuestra lengua, y
he aquí la máxima que traigo a este artículo de opinión dominical, “donde las dan, las toman”
Vaya mi respeto por
delante, pero tras lo acontecido, no mejor dicho traído a colación ante el entuerto
que mostraba atisbos de rechazo a los Presupuestos Generales del Estado, aun
antes de la votación misma que produjo este resultado; un suma y sigue a la
situación más que comprometida en el devenir de España desde hace casi 9 meses.
A Pedro Sánchez no le
quedaba otra, y así el pasado viernes a las 10 de la mañana, convocados los
medios de comunicación para una declaración institucional del presidente del
Gobierno, tras un consejo de ministras y ministros extraordinario, Pedro
Sánchez difundía la fecha de la convocatoria de comicios para el próximo 28 de
abril. No defraudó, ya que era la que en la mayoría de las cábalas se
“barajaba”, aunque en una salida de tono, la anunciaba el diario “El País”
minutos antes de su discurso.
Y quiero referirme a
sus palabras como discurso y no declaración institucional, que es lo que debía
haber sido, porque fue toda una égloga al trabajo desarrollado desde su llegada
a la Moncloa, lo que acercaba esta comparecencia más a una epístola electoral,
que a una alocución breve y concisa como la ocasión merecía.
En su arenga primó el enardecer
y levantar los ánimos de sus correligionarios que, como en Andalucía
prefirieron quedarse en casa que acudir a las urnas; y lo hizo en uso indebido
(esta es mi opinión), de la situación de privilegio que le confiere es ser aún
el presidente del Gobierno y desde la visibilidad y el altavoz de Moncloa, ya
que su perorata fue tal cual como una de tantas de los varios mítines que le han
llevado a recorrer media España y casi el mundo entero, en una legislatura que
ha pasado “volando”
Así como no comparto en
gran medida lo que contó, lo que no le niego señor Sánchez, son los quebraderos
de cabeza y las hazañas más destacadas con las que ha tenido que lidiar como cabeza
del ejecutivo, como por ejemplo: cambiar un ministro a los 6 días, otro a los
101; el incidente del “Aquarius” con grandes expectativas para las ONGs que
truncó con la devolución en caliente de 116 subsaharianos; el papelón con el
juez Llarena y el fugado Puigdemont; la renuncia a convertir el Valle de los
Caídos en un Museo de la Memoria; los
dichos, desdichos y desdichas en el ministerio de Defensa; las mascaradas con
Podemos; los 125.000 empleos que se destruyeron el día que entró en vigor el
nuevo salario mínimo, cosa que no se cómo va a quedar y que ya había anunciado
el Banco de España; el juicio por los políticos presos etc.; nada de esto es
cuestión baladí, como tampoco son los viajes por el mundo entero de los cuales
ya he perdido la cuenta, pero que en diciembre batía con una marca difícil de
superar, 21 periplos y 18 destinos en dos meses… Y aunque me parece correcto
que quiera vender su producto, simplemente recordarle que el Pacto de Estado
Contra la Violencia de Género, la subida de las pensiones en muchos años, y la mayor
creación de empleo han sido con el gobierno popular del señor Rajoy, por lo
tanto, no deben ser medallas que se cuelguen otros.
Pero las dos columnas
que daban la sujeción a la permanencia de Sánchez al frente del Gobierno
comenzaron a tambalearse, y así la aprobación de unos nuevos Presupuestos para
2019 no pintaba todo lo bien que debiera; y la evolución de la situación en
Cataluña iba de mal en peor. Y visto lo visto, han sido las cuestiones
determinantes que influyeron en su decisión de adelantar los próximos comicios,
aunque no me cabe la menor duda que la convocatoria de estas próximas las
elecciones generales han sido también, en gran medida (aunque lo nieguen hasta
la saciedad), consecuencia de la manifestación de Colón del pasado domingo; cuestión no de siglas, sino de siglos de
historia en busca de una unidad llamada España, que fue consagrada en el
artículo 2 de la Constitución Española de 1978, y votada mayoritariamente por
el pueblo; ese mismo que elevaba su grito al cielo cuando se conoció la figura
de un “relator” en una mesa de negociación con el gobierno de Cataluña.
Las personas que
llenaron esa icónica plaza de Madrid, además de otras a lo largo y ancho del
país, lo hacían por su disconformidad con los derroteros por los que el comportamiento
de gobierno de España discurría para con Cataluña; y porque la Ley tiene que
cumplirse, y hacerse cumplir empezando por los mayores responsables de la
dirección política del Estado, como son todos y cada uno de los ministros con
el presidente a la cabeza. Por ello, la gente salió a la calle ante el hartazgo
de los vaivenes de tanto “coqueteo” con los independentistas e incumplidores de
la legislación vigente; al tiempo que veían al ejecutivo, obviar el derecho
fundamental de todas las personas que constituimos el cuerpo depositario de la
soberanía nacional, cruzando unas “líneas rojas” o ya no sé de qué color
pintarlas, que no se podían rebasar por el bien de todos.
Si esto sucedía un día
10 de febrero, 3 días después aquellos mismos que hace 9 meses derrocaban a un
presidente electo por las urnas y le aupaban a usted a la Moncloa, le daban la
espalda y le pagaban con la misma moneda.
Hoy exactamente quedan
71 días para que otro día como hoy domingo,
sea cuando “ellos y ellas decidirán
el futuro de España con su voto en las urnas…”, palabras textuales del
presidente a los medios.
Pues bien, señor
Sánchez, jugar al despiste no le ha salido bien, ni con los representantes del
pueblo, ni con la ciudadanía misma, ni con el partido del cual es secretario
general.
Usted verá, porque no
es el primer revés que sufre, y “donde las dan…”
Comentarios
Publicar un comentario