"QUE LOS ÁRBOLES NO NOS IMPIDAN VER EL BOSQUE", artículo publicado en Diario de Pontevedra el 10 de marzo de 2019
Llevo muchos años de mi
vida intentando hacer de este mundo uno mejor para todos los que lo necesiten,
en especial para las mujeres y las niñas; ya me gustaría hacer más, pero dentro
de mis posibilidades intento comprometerme día a día con alguna pequeña cosa,
en especial con las actitudes machistas. Si cada una de las personas que
poblamos este planeta llamado Tierra hiciésemos lo mismo, el mundo lo
cambiaríamos más rápido desde el nuestro.
He colaborado desde
siempre y que recuerde con organizaciones de voluntariado y ONGs (cuando ni se
le habían “inventado esas denominaciones”), pero aún hoy día y no pocas veces
parecen no tener visibilidad porque no son abanderadas, como tampoco yo lo soy
de la ideología “de izquierdas”, lo digo para entendernos, porque estos
términos decimonónicos no me convencen nada.
Alguien o “alguienes”
me criticaron por no secundar la huelga del viernes, pues la verdad de símbolos
estoy harta, sobre todo de los de tinte más sectario. Lo mejor para cada una de
las personas, en este caso y en el día 8 de marzo para nosotras las mujeres, es
que podamos elegir libremente y hacer cada una lo que nos de la real gana. Eso
es desarrollarse como persona libre, y eso es lo que quiero para todas las personas
en general y para las mujeres en particular a lo largo y ancho del Globo.
Esto no quiere decir
que critique a quien no actúe como yo, ¡para nada!, lo contrario, mi respeto a
ellas, porque la visibilidad de las manifestaciones libres y ordenadas están
mejor que bien, y en otros tiempos era la única manera de protesta. Pero hoy
día existen más posibilidades, lo que juega un papel importante en la
inclusión, ¡jamás la exclusión!, de uno u otro de proceder a favor de la lucha
por los derechos de las mujeres, que por desgracia en pleno siglo XXI aun tanto
queda por hacer.
Las Naciones Unidas han
institucionalizado unos cuantos días al año para visibilizar la desigualdad de
las mujeres y las niñas. Por ejemplo, el 11 de Febrero es el “Día Internacional
de la Mujer y la Niña en la Ciencia”; el 11 de octubre el “Día Internacional de
la Niña” ;el 25 de noviembre y en recuerdo del vil asesinato de las hermanas
Miraval, se conmemora el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer”; con el programa ÚNETE se conmemora los llamados “Días
Naranjas”, que son los 25 de cada mes para actuar a favor de generar conciencia
y prevenir la violencia contra mujeres y niñas; y aunque estos no son los
únicos, si los quiero destacar, como el más SONORO, el 8 de marzo o “Día Internacional de
la Mujer”, aunque en sus inicios fue denominado “Día Internacional de la Mujer
Trabajadora”, en conmemoración de aquellas 123 valientes que luchaban por unas
merecidas mejoras laborales, y encerradas por sus jefes, perdían su vida entre
un humo violeta dentro el incendio de la fábrica de camisas Triangle Waist de
Nueva York el 25 de marzo de 1911 donde trabajaban. La humareda tenía ese color
por los tintes que utilizaba para teñir las prendas, de ahí que sea el violeta
el color elegido para abanderar la lucha a favor de los derechos de las
mujeres.
Hechas estas
puntualizaciones, añado una muy importante ya que cada año Naciones Unidas
dedica el 8 de marzo a una temática distinta para ir avanzando y no quedarnos
en el mismo mantra de siempre; porque aunque existan multiplicidad de problemas
sin solucionar y aun tengamos que recuperar mucho camino, incluso parte del que
ya habíamos avanzado, las mujeres tenemos que conquistar y poner en tela de
juicio todos los sectores en los que interactuamos, unidas por encima de
ideologías partidarias, y afianzar un propósito de tal magnitud para que las
demás personas nos sigan y nos apoyen en esta lucha que, por otro lado, la veo
larga.
El
tema
que este año ha elegido la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la
Mujer de Naciones Unidas para conmemorar este 8 de marzo de 2019, no me puede parecer más acertado: “PENSEMOS
EN IGUALDAD, CONSTRUYAMOS CON INTELIGENCIA, INNOVEMOS PARA EL CAMBIO”;
con el objetivo focalizado hacia las formas innovadoras en las que debemos
abogar por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, poniendo especial
énfasis en las esferas relativas a los sistemas de protección social, el acceso
a los servicios públicos y la infraestructura sostenible; temas fundamentales
para el logro de los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propugnados
desde la ONU, que requieren cambios transformadores, enfoques integrados y
nuevas soluciones, sobre todo en lo que concierne a la defensa de la igualdad
de género y el empoderamiento de todas las mujeres; ya que si se mantienen las
tendencias actuales, las intervenciones existentes no bastarán para conseguir
un Planeta 50-50 para 2030.
Es crucial contar con planteamientos
innovadores que rompan con la situación habitual, a fin de eliminar las
barreras estructurales y garantizar que ninguna mujer y ninguna niña se quede
atrás, ya que la innovación y la tecnología brindan oportunidades sin
precedentes; sin embargo, las tendencias actuales indican que la brecha digital
se está ampliando y las mujeres están insuficientemente representadas en los
campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y el
diseño; lo que nos impide influir en el desarrollo de innovaciones sensibles al
género que permitan lograr beneficios transformadores para la sociedad. Desde
la banca móvil hasta la inteligencia artificial o la Internet de las cosas, es
vital que las ideas y las experiencias de las mujeres influyan por igual en el
diseño y la aplicación de las innovaciones que conformarán las sociedades del
futuro, que de alguna manera, ya es la realidad del hoy.
Esta es una cuestión de
trascendencia tal, que por ello la ONU quiso poner énfasis en esta cuestión el
8 de marzo de 2019, y que por desgracia no he visto como titular en ningún
discurso, cabecera de medios de comunicación ni en las Redes Sociales; y eso
que la frontera de una nueva revolución laboral protagonizada por las altas
tecnologías y la inteligencia artificial está fijada en 2025, y las mujeres no
podemos permanecer impasibles a ella, ni a sus consecuencias laborales y
sociales.
Aunque no comparta
actuaciones y argumentos destilados en varias manifestaciones y declaraciones
de este pasado 8 de marzo, lo que nos une debe estar por encima de lo que nos
separa para continuar con la reivindicación de lo que aún no es nuestro, y las
mujeres y todas las personas que nos apoyan no podemos obviar lo que nos está
llegando a pasos agigantados; ya que las nuevas manifestaciones de la economía
nos indican cómo transitar hacia una nueva era económica más femenina, más
sostenible, más regenerativa, más colaborativa, más justa y orientada al bien
común, en donde la mujer va a ser la piedra de angular. Por ello las mujeres
debemos de dejar a un lado las cuestiones partidarias, porque ya la igualdad es
cosa de y para todas, no patrimonio exclusivo de alguna, y a ver si avanzamos de verdad, Y
QUE LOS ÁRBOLES NO NOS IMPIDAN VER EL BOSQUE.
Cuanta razón tienes Rosanna! Para alcanzar la igualdad debemos llegar a consensos y dejar a un lado posturas partidistas, pero la izquierda siempre intenta sacar rédito político de este tema, como si fuese su monopolio. A ver si vamos a pasar de pedirle permiso a los maridos para pedirle permiso a la izquierda... lo q faltaba!!!.
ResponderEliminarPaula Prado del Río