DE ESPANTOS Y SANTOS, artículo publicado en el Diario de Pontevedra, el 1 de noviembre de 2014


A ver si nos aclaramos de una vez … Halloween, no es ni mucho menos la “americanada” que celebramos en medio mundo (yo me incluyo … una disculpa para pasar el rato con otro look y disfrutar con los amigos).

Halloween, es el apaño de la frase inglesa “All Hallow´s Eve”, vigilia de Todos los Santos… pero esto tiene un origen druida … celta… muy nuestro … SAMAÍN!.

Samain (irlandés antiguo), Samhuinn (gaélico escocés), Calan Gwaf ( córnico), Kala-Goanv (bretón), Calan Geaf (galés), Samonios o Trinouxtion Samonii (galo), Oíche Shamhna (irlandés moderno) o Samaín (en gallego), es igual como lo queramos decir, tiene su punto de partida en la celebración del culto a los que ya no están con nosotros, a nuestros difuntos y dista mucho de ser una fiesta de terror y de oscuridad.



La fecha de esta celebración se situaba en lo que en nuestro calendario actual es el 31 de octubre; el por qué, se debía a la coincidencia con la primera helada en las Islas Británicas, la floración del enebro y la maduración de las calabazas; aunque en otras zonas de esas islas, como en Escocia se celebra más hacia el 11 de noviembre (once del once).

Samaín (final del verano) era pues, la festividad más importante del período pagano que dominó Europa hasta su cristianización, la de Europa y la de esa fiesta.

Esta fiesta representaba el momento en el que los antiguos celtas almacenaban provisiones y sacrificaban animales para tener alimentos suficientes en para hacer frente a la húmeda, fría y oscura estación en la que, las cosechas se acababan, los días iban a ser más cortos y las noches más largas. Era ésta una celebración nocturna de en la que se encendían grandes hogueras para ahuyentar a los malos espíritus ya que esa noche… el tiempo era abolido y el más allá se abría al mundo de los vivos.

Esta noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, era la de llegada del Año Nuevo y la primera de las tres noches de Reencuentro con los Ancestros. Tres noches de Luz que iban a iluminar la oscuridad del invierno, estación donde la tierra descansaría hasta su renacimiento en primavera, iniciando de nuevo el ciclo de la naturaleza y de la vida. Tres noches en donde la puerta entre los dos mundos permanece abierta, momento de viajes … de reencuentro con los que ya partieron, como de las posibles partidas de aquellos que ya están preparados.

Los difuntos podían rendir visita a sus familiares y, estos les acogían con alegría reservándoles un buen lugar en su mesa,con un buen plato repleto de los mejores manjares por si estaban cansados de tan largo viaje y, este contacto con los espíritus de los difuntos era considerado como una fuente de consejo, de sabiduría, de protección y nunca de miedo.

Mandaba la tradición que en esa primera noche, se apagasen todas las luces y se encendiese una sola hoguera colectiva, de la cual, cada familia recibiría una brasa enrojecida con la que se generaba un nuevo fuego protector en el atrio de cada casa.



Esa primera noche se honraba la memoria de los héroes, la segunda la de los seres queridos desaparecidos,mientras, la tercera estaba consagrada al regocijo de las alegrías del reencuentro propias de la festividad.

Cuando San Patricio (escocés de pura cepa) se lanzó a cristianizar Irlanda y San Columba de Iona (irlandés de pura cepa) se lanzó a cristianizar Escocia, no dudo que estuviesen atrapados entre la celebración ancestral y la que hoy conocemos como celebración de Todos los Santos y la de los Fieles Difuntos; ya que, muchos años después de iniciada la evangelización en esas tierras celtas, y bajo el Papado de Gregorio IV (840 d.C.) se universaliza e institucionaliza el 1 de noviembre como la Fiesta de Todos los Santos.



Esta es la historia… calabazas (fruto de la cosecha), velas y luces (brasas purificadoras), visitas a los cementerios (honrar a nuestros difuntos) flores en sus tumbas (antiguas ofrendas para los que volvían) y como anécdota… el sitio vacío en la mesa por si llega el comendador en la obra Don Juan Tenorio que, es típica de estos días.

Todo tiene una base de historia y tradición que han llegado hasta nuestros días, con adaptaciones a lo largo del tiempo, eso sí.

Comencemos pues, a reconocer lo nuestro, dejemos la comercial Halloween y centrémonos en la espiritual All Hallow´s Eve honrando a los que ya no están con nosotros, tal y como manda la tradición milenaria en Samaín.

O lo que es lo mismo, huyamos de los Espantos y quedémonos con nuestros Santos.



Comentarios

Entradas populares de este blog

"EL PROTOCOLO DEL VESTIR EN LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA", artículo publicado en la revista de la Cofradía del Nazareno y Santo Sepulcro de Sanxenxo abril 2019

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES, artículo publicado en Diario de Pontevedra el 30 de octubre de 2016

EL DISCURSO DEL REY, artículo publicado en Diario de Pontevedra el día 28 de diciembre de 2014