Συναγερμός VERSUS ALERTA, artículo publicado en Diario de Pontevedra el día 1 de febrero de2015
Si alguno de nosotros escuchamos o leemos la palabra ¡ALERTA!, cuanto menos, nos llama la atención y somos conscientes que nos están dando una referencia ante una situación que debemos estar vigilantes o atentos.
Pues así debemos de estar ante la situación actual del país heleno, ya que los sacrificios hechos por muchos millones de europeos pueden venirse abajo y, ya no solamente hablo desde el punto de vista económico, que también. He querido titular este artículo semanal como¡ALERTA!, porque el sistema se tambalea.
Y digo¡ALERTA!, porque en Grecia ha vencido de forma destacada la ultra izquierda se Syriza, pero tampoco podemos olvidar que la tercera fuerza es un partido de ultra derecha que tiene a la mayoría de sus líderes en la cárcel y, por si fuera poco, el pacto de gobierno que se supone dará estabilidad al país, ha sido el producto de una suma de votos de una formación independentista de derechas, antisemita y anti alemana con la izquierdeara de Tsypras. Esta declaración, de acuerdo desde un principio, se puede transformar en más enfrentamientos que compromisos.
No me cabe la menor duda que el mismísimo Zeus debe estar conteniendo la furia de sus temidos Titanes que se agitan desde el fondo del reino de Poseidón, para frenar así, un maremoto que, si no lo remedia la sensatez humana, arrastraría cual ola de tsunami la tierra de Platón, produciéndose una gran sacudida sin medida en la escala Richter, cuyo epicentro se trasladaría al mismo núcleo de Europa, así que ¡ALERTA!.
Ayer, leía yo en la edición digital del Wall Street Journal un artículo titulado, "Por qué la eurozona puede que tenga que sacrificar a Grecia para salvar a España", tanto como eso no creo yo que llegue a ocurrir, ¡ojalá!, pero de lo que exponía el jefe de opinión para asuntos de la Unión Europea de ese prestigioso periódico, yo destacaría los riesgos del avance del comunismo en el viejo continente y la especial referencia a la profunda brecha que ha abierto el primer ministro griego tan pronto como tomó posesión, acercándose a Rusia y alejándose de sus acreedores, en lugar de buscar acuerdos para evitar el colapso. ¡ALERTA!
Y por si fueran pocas las hazañas que se describen en las primeras páginas de esta Odisea, nos encontramos con el héroe nacional Yanis Varoufakis que surge cual Perseo para enfrentarse a todas las pruebas que desde el Olimpo le impongan. Sí señores, él es el todopoderoso ministro de finanzas y mano derecha de Tsipras. Un profesor de economía reconociblemente marxista, que la primera perla que suelta, cual látigo al cortar la cabeza de Medusa es que, la troika no tiene razón de ser, que no la reconoce, y lo hace, a mi juicio, de forma muy poco sensata, ya que lo expone, tal cual, durante la rueda de prensa conjunta con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que acudió a reunirse con él y con Stipras en Atenas.
Está claro que la llegada de este nuevo gobierno a Grecia, de momento, no ha traído nada bueno y, ha provocado que se dispare el riesgo de impago, la salida de capitales y depósitos de los principales bancos helenos; además, de una gran preocupación en el seno de la unión monetaria que teme por la estabilidad de la moneda única de la misma manera que durante el peor momento de la crisis del euro entre 2011 y 2012.
He de confesar, que lo que realmente me tiene muy preocupada, además de todo lo expuesto hasta ahora, es lo que ha llevado a los griegos a tomar la decisión de depositar su voto, es decir, su voluntad y soberanía en estas formaciones políticas que hacen tambalear al mundo entero.
Bien es cierto que cuando la crisis empezó a darnos duro, las recetas que se aplicaron de democráticas tenían poco..., los hombres de negro que establecían programas de rescate, concesiones de créditos a última hora, pelotazos con la deuda soberana … los acreedores fueron demasiado duros y antepusieron sus intereses monetarios a los intereses de una gran masa social que veía como mermaba absolutamente todo a su alrededor. El ciudadano dejó de creer en las instituciones.
Si a esta crisis institucional le sumamos la crisis de valores que, aun es mucho más compleja, nos encontramos con un descontento generalizado y es ese, precisamente, el caldo de cultivo del que se nutren Maduros, Syrizas, Podemos.. ; a fin de cuentas, formaciones populistas que se han aprovechado de la crisis económica para denunciar la crisis institucional, y dar al menos, una ilusa solución a la crisis de valores. La solución que proponen, es la habitual entre los ultras: romper con todo, para crear un nuevo mundo. Pero ¡ALERTA!, ya que aunque se vistan con pelaje de corderos socialdemócratas, lo que viene es ruptura, aislamiento, totalitarismo, y unas consecuencias impredecibles, pero que serán terribles.
No quiero ni imaginar lo que pueden sufrir los pobres griegos si Tsipras saca a Grecia del Euro, o lo que es casi peor, que fuese expulsada. Las consecuencias de austeridad para la población helena dictada por los mercados, serían un cuento de niños comparadas con las calamidades que hoy ya están sufriendo.
No se puede jugar con el desquiciamiento de la mayoría y no se puede jugar con los sentimientos de los ciudadanos cuando lo que está en tela de juicio es la estabilidad de un país y el bienestar de todos y cada uno de ellos. No se puede hablar de utopías como soluciones, no se puede enervar al personal para después tejer una bandera que, enarbolada por esa formación anti todo, y ha sido cosida con los retales de las miserias de todos y cada uno de los que les apoyan.
Quizá haya estado dura en esta exposición, pero aprovecho para dar un buen tirón de orejas al sistema en que vivimos porque necesita cambios y adecuaciones a un tercer milenio que ya va por su año 15 y, estas reformas las hay que hacer, bien y ya!.
En España aun estamos a tiempo y, debemos apostar por opciones políticas serias, con experiencia de gobierno a todos los niveles, con trayectoria probada, con programas ejecutables, y con planteamientos reales, los cuales si no fuesen posibles de realizar en un momento dado, reconocerlo y pedir la colaboración de todos, en aras del bien común y , ¡hacerlo! .
Pero sobre todo lo que hay es que recuperar certezas democráticas que hagan volver a creer en las instituciones y el verdadero valor e importancia que tiene un voto, porque el futuro y la estabilidad de España que, poquito a poco y con el sacrificio de los ciudadanos de a pié está saliendo de la crisis, lo tenemos que escribir juntos y todos unidos dentro de un estado donde impere la transparencia como exigencia constante para legitimar el poder y volver a dar valía a las instituciones y valores que hoy están en crisis.
No me malinterpretéis si os digo que, al final, como en todas las facetas de nuestra vida, la actitud ante los problemas es la que nos va a dar la verdadera solución a los mismos. No es fácil,pero si se trata de liderar, yo opto de forma decidida por apostar por aquellos que lideran optimismo, futuro y estabilidad.
Jamás me decantaría por el discurso de la fatalidad a través de voces y gritos que, cuando explican sus objetivos (si es que de verdad los tienen), destilan pesimismo, horror y miedo. Así que ¡ALERTA!
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